Silvia

Crítica de Melody San Luis - Funcinema

RECORDAR ES ACERCARSE MIENTRAS NOS ALEJAMOS

Cuando se realiza un documental en el que la persona que lo dirige es parte íntima de lo que se narra se corre el riesgo de dejar afuera al espectador. Se pueden dar por sabidas cosas o bien pensar que ciertas selecciones son relevantes de por sí cuando en realidad han sido importantes para esa persona. En el caso de este film tan solo ocurre un poco. Hay una búsqueda para generar que Silvia sea un personaje intrigante y digno de conocer.

Tres son las hermanas que dan voz a las anécdotas de lo vivido con su madre y su padre. Ya desde el comienzo un hecho da cuenta de lo tormentosa que resultó la vida en la infancia de estas chicas. Esto da paso a generar un clima necesario en el que quien observa se pregunte qué sucedió. El suspenso aparece aquí, pero no cierra nunca. Se presentan ciertas situaciones que hacen concreto al misterio. Pero aún así es como si viéramos una pincelada de la vida de esta familia.

El documental presenta una arista familiar que cobra relevancia y es el eje, pero hay por debajo todo un debate sobre cómo se recuerda y cómo se construyen relatos tras la palabra condicionada de cada uno de los protagonistas. Escuchamos una narración leída por una voz en off, mientras vemos videos de recuerdos familiares. La voz es siempre la de alguna de las hermanas, pero a esta lectura la irrumpen los debates sobre lo que se lee. Por momentos, aparecen las impresiones de ellas a la hora de nombrar ciertas cosas, como si al decirlas se vivieran de nuevo. En otras instancias, aparecen conversaciones porque están en desacuerdo en cómo se está contando.

Así como si salieran debates en forma de raíces, todos los relatos entran como sostenidos de hilos. Se dice y se desdice la historia de sus vidas. El documental pone su foco en cómo cada una de las hermanas aun viviendo gran parte de su vida juntas tienen un recorrido distinto de aquellas situaciones. E incluso la misma directora pone en duda hasta su propio parecer en una parte del film, en esa búsqueda constante de marcar las limitaciones del recuerdo y la continuidad que representa repensar lo que se vivió.

Pero, un largo pero. Para llegar a estas impresiones e invitación del debate de los recuerdos es necesario también presenciar momentos no tan bien resueltos. Cuando el documental se corre del suspenso, da demasiado peso a la melancolía y la nostalgia. Se entiende que aparezca la musicalización en piano que realizó en vida Silvia, porque se cuenta su deseo de ser pianista, pero el abuso del recurso invade generando un clima denso, que deja por fuera al espectador, quien no tiene los recursos para percibir el dolor que infunden estos momentos. En esos pasajes Silvia se pierde en el intimismo y la búsqueda del debate, o bien la intriga, quedan relegadas.