Silencios

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Los "grandes éxitos" de la degradación argentina

Tengo un recuerdo lejano, pero positivo de Río Escondido y, por lo tanto, fui a ver este nuevo film de Mercedes García Guevara con cierto entusiasmo. Además, contaba con un interesante elenco en el que aparecían desde Ana Celentano hasta Nahuel Pérez Biscayart, pasando por Marta Lubos, Guillermo Arengo y el veterano Duilio Marzio. Para qué. Una decepción absoluta. No sólo se trata de una película muy inferior a aquella sino que además le contrapone al intimismo y al lirismo de ese largometraje de 1999 una grandilocuencia, unas ambiciones desmedidas, una impostación y una nula credibilidad en el caso de Silencios.

Película coral a-la-Robert Altman, Silencios aborda demasiados tópicos sin profundizar en ninguno y cayendo finalmente en la explicitación obvia, casi didáctica (para que quede claro, ¿viste?). Una mera descripción de las subtramas nos llevaría a decir que en esta película se aborda, entre muchos otros temas, el abuso sexual de menores por parte de curas, las carencias de familias pobres sin presencia paterna y con muchos hijos, robos de todo tipo y color, violaciones, consumo de cocaína, voyeurismo, prostitución juvenil, adolescentes con trastornos alimentarios, incomunicación entre padres e hijos, diferencias sociales, padecimienstos de los ancianos... Todo eso en apenas 90 minutos de una narración torpe, sin matices ni sutilezas, con actuaciones recargadas (se salvan Celentano y muy pocos más), diálogos ampulosos y situaciones inverosímiles.

La película se pretende un fresco de la Argentina degradada post-2001, pero se reduce a una serie de pincelados de brocha gorda, una acumulación de estampitas, de "grandes éxitos" de la miseria nacional. Una película fallida, un paso en falso para una directora que prometía y que, por ahora, se quedó en eso.