Sieranevada

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

"Sieranevada", cada familia es un mundo

Ante todo un dato importante: "Sieranevada" dura 173 minutos. Entonces conviene entrar al cine con un café en mano, algo rico para comer y después sí, disfrutar a pleno de la cuarta película del director Cristi Puiu ("La noche del señor Lazarescu"), uno de los mejores exponentes del llamado Nuevo Cine Rumano. Filmada casi en tiempo real, "Sieranevada" se centra en una reunión familiar que termina en un pequeño gran caos. El encuentro se da a 40 días de la muerte del abuelo de la familia y, en medio de un almuerzo y de una ceremonia religiosa en recuerdo del difunto, se cruzarán hijos, yernos, cuñados, nietos y abuelos. La cámara de Cristi Puiu se ubica fija dentro de un departamento de Bucarest y muestra con un realismo puro y filoso una panorámica familiar que va in crescendo: discusiones sobre política (las "grietas" de allá), rispideces de todo tipo, confesiones tardías, desahogos dramáticos y momentos cómicos. El director logra captar una intimidad tan intensa que resulta hipnótica, y a pesar de las distancias geográficas el espectador puede sentirse identificado y también interpelado con cada escena. Más allá de la sola experiencia de verla, "Sieranevada" también deja un puñado de personajes memorables: la abuela que defiende a ultranza los tiempos del régimen comunista, un joven obsesionado por las teorías conspirativas del 11-S, y su ocasional protagonista, un médico que busca un equilibrio imposible.