Sibila

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

¿Mejor olvidarte?

En Sibila (2012) Teresa Arredondo (realizadora chilena afincada en Argentina) construye, a través de una historia familiar, un documental con una fuerte envergadura política y social.

Sybila (el personaje) es la tía de la realizadora, pero ese no es sólo el mérito por el que Arredondo decide llevar su historia al cine. Sybila estuvo presa durante quince tras haber sido acusada por un tribunal peruano de haber sido partícipe del grupo terrorista Sendero Luminoso. La directora, que vivió durante toda su vida rodeada de un silencio negador sobre su tía, decide interpelar a su familia (y frente a una cámara) para averiguar las razones que llevaron al entorno a ocultar/negar su presencia, para así reconstruir desde la alegoría toda una época política y social marcada por el terrorismo de estado.

La autora erige un documental en primera persona a partir de su propia ausencia (aunque parezca contradictorio) frente a la cámara. Será ella quien se encargará de llevar adelante el relato pero desde la mirada de una cámara subjetiva, que tendrá un protagonismo único y revelador. La directora indaga el por qué la familia decidió mediante un pacto de silencio explicito (o no) hacer desaparecer de la memoria a Sybila. Metáfora perfecta que podría trasladarse a toda una sociedad que ocultó desaparecidos, violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

El documental, que comienza con una interpelación familiar sobre un ser olvidado, está trabajado a partir del suspenso que genera la no aparición frente a cámara de ese ser que todos quieren olvidar. Revelar la aparición o no de Sybila en el film sería privar al espectador del suspenso que la directora creó y que es uno de los grandes aciertos que tiene la estructura narrativa a la hora de concebir un documental diferente con toques "hitchcockianos".

Sibila, que ganó la competencia de Derechos Humanos del último BAFICI, es lejos una alegoría sobre la memoria, los desaparecidos, la mentira y la verdad que Teresa Arredondo, aún sin proponérselo, concibió cuando empezó a preguntar por Sybila, una mujer a la que su propia familia eligió hacer desaparecer de la memoria.