Si fueras yo

Crítica de Mario Zabala - Clarín

Comedia con cambiazo

Jason Bateman y Ryan Reynolds intercambian cuerpos.

Existe un subgénero dentro de la comedia que, brutalmente, podríamos denominar “la del cambiazo”: dos personas cercanas cambian de cuerpo entre sí y deben no sólo buscar la mística cura (que siempre viene en plan autoayuda) sino responder a la agenda siempre trascendental y urgente del otro.

Un viernes de locos o incluso una subtrama de Shrek tercero como ejemplos recientes. Otra de las características de las comedias “cambiazo” es que suelen ser personalidades opuestas, siempre lindando al borde de la hipérbole para obtener mayor rebote cómico (o mejor aún, abollar sus límites).

David Dobkin, director de Los rompebodas , lleva el “cambiazo” al terreno de la Nueva Comedia Americana y para mayores de 18: es decir, además de la personalidad de los personajes de ficción entra en juego cierto imaginario construido en torno a los actores. En este caso, Jason Bateman y Ryan Reynolds. Bateman, parte de la realeza de la Nueva Comedia Americana (más celebrado por su rol en la serie Arrested Development ), y Reynolds, churro categoría “estuve de novio con Scarlett Johanssen” que todavía anda sin tierra entre el tanque ( Linterna verde ) y la comedia romántica ( La propuesta ).

En Si fueras yo Bateman es un abogado padre de tres (una niña y bebes mellizos) que soporta el mundo resignado, ahogando a cada instante la frustración que le causan los demás y su vida de casado. Reynolds es un fiestero full-time sin ninguna responsabilidad que conseguir una cita diaria. Y, de repente y freudianamente, el cambiazo.

Dobkin casi apela a la lógica cartoon : el personaje de Reynolds es un maxi Pappo a la hora de hablarle a las mujeres y la vida del personaje de Bateman parece un dibujito machista (cuando los cuerpos están cambiados, los bebés desvelados lanzan cuchillos). Esa idea exagerada y Playboy de la comedia se expande a cada rincón: casi no hay mujer que no aparezca en tetas (digitales, eso sí, como en el caso de Leslie Mann) y casi no hay instante que no genere un chiste chabonardo (“Salí con su boca casi un mes” entre las intencionales frases trogloditas o planos de escrotos). La oposición Responsabilidad/Hedonismo es igual de realista, incluso cuando sentimental, que un capítulo de Tom y Jerry y Dobkin aprovecha la caricatura de los actores para jugar con los gatos y ratones de ambos y así generar una comedia canchera e inteligentemente irresponsable y exagerada.