Si fueras yo

Crítica de Juan Carlos Di Lullo - La Gaceta

Quiero vivir tu vida

Desde hace un tiempo, la industria del cine ha redescubierto a la comedia como un género muy popular; la idea de lograr interesantes recaudaciones siempre anima a los productores de Hollywood, y es por eso que en este caso, decidieron volver sobre el tema de las identidades intercambiadas que tantas veces se ha transitado en el cine. Pero estas comedias en las que los personajes intercambian cuerpos parecen ya haber dado todo lo que podían dar. Al menos esta película, dirigida por David Dobkin (el de "Los rompebodas") no le agrega absolutamente nada nuevo a la lista de títulos sobre el tema. No lo ayudan los guionistas (Jon Lucas y Scott Moore, los de "¿Qué pasó ayer?" y "Navidad sin los suegros"), que transitan sin pena ni gloria las situaciones embarazosas y grotescas que genera el intercambio de los personajes. A todo esto se le agrega una dosis (quizá excesiva) de ese humor rayano en el mal gusto que se ha puesto de tan de moda en las comedias norteamericanas de la última década.

Los protagonistas hacen lo que pueden con sus personajes: Jason Bateman (un actor solvente, no siempre bien aprovechado) y Ryan Reynolds sortean con suerte dispar las escenas que propone el guión, y Leslie Mann y Olivia Wilde (la de "Dr. House") no encuentran en los coprotagónicos femeninos elementos como para construir personajes sólidos.

Y se nota una situación paradójica, frecuente en este tipo de filmes que pretenden hacer una bandera de la incorrección política: al final, la transgresión resulta sólo formal. El soltero inmaduro, exclusivamente dedicado a pasarla bien con el mínimo esfuerzo, terminará reconociendo las ventajas de las relaciones formales y estables; y el casado, aburrido a muerte con su vida de trabajo, monótona y sin alternativas novelescas, acabará por reconocer que es precisamente esa existencia aparentemente gris y anodina la que lo satisface plenamente. Nada nuevo bajo el sol.