Si fueras yo

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Cuando los deseos son escuchados

Fueron amigos adolescentes y ahora no hay dos personas tan diferentes como estos amigos que viven en Atlanta. Dave es abogado, se dedica obsesivamente al trabajo y sabe que su destino es ser cada vez mejor, conseguir la mejor posición y convertirse en un buen padre de los tres chicos, que con su esposa están criando.

En cuanto a Mitch, es más buen mozo, trabaja como actor y como el porno le da más réditos, incursiona en ese cine con entusiasmo, fuma yerba y es incapaz de tener una relación estable por miedo a la responsabilidad.
Pero un día el asunto cambiará, Dave y Mitch se reencuentran y luego de beber demasiado, frente a una fuente con una estatua de una diosa muy bella, expresan un deseo. Dave quiere ser Mitch y Mitch quiere ser Dave.
Sorpresivamente se produce un apagón y el deseo se cumple.

AMIGOS EN APUROS

"Si fuera yo" es una divertida comedia de enredos, con abundantes chistes picarescos, algunas escenas divertidas en base a equívocos. Son abundantes las alusiones sexuales en esta comedia liviana bien actuada. Hay escenas con humor que desembocan en algún detalle de mal gusto y otras bien resueltas como la trabajosa negociación de activos en la oficina con (cuándo no!) un poderoso cliente oriental.

Los actores cumplen bien su papel. Jason Bateman es el abogado de la película y en la vida real los memoriosos lo pueden recordar como el pequeño primo de los Ingalls en la famosa serie televisiva. El canadiense Ryan Reynolds es el bohemio que caerá rendido ante la bella Sabrine (Olivia Wilde de "Dr. House"), de la consultora en que trabaja Dave. También está Alan Arkin como el pudoroso padre de Mitch.