Intrusos

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

El vínculo entre víctima y victimario se subvierte en este (por momentos) atrapante film de suspenso, debut del director Adam Schindler. Anna (Beth Riesgraf) vive con su moribundo hermano Conrad (Timothy McKinney) en una enorme casona, en los alejados suburbios de algo que parece el Midwest o el sur norteamericano. Cuando fallece Conrad, víctima de cáncer, los miedos agorafóbicos de Anna recrudecen. El pánico le impide asistir al funeral, pero lo peor está por venir cuando oye ruidos en la casona, que de pronto se ve asediada por aprovechadores del barrio. Todo surge gracias a Danny (RoryCulkin), un pelilargo “deliveryboy” que tiene un crush con la blonda Anna y descubre la fortuna que se esconde en la casa. Como sin quererlo, Danny revela el tesoro escondido a los amigos y así ocurren los incidentes.
El trío de malhechores, Perry (Martin Starr), JP (Jack Kesy) y su hermano Vance (Joshua Mikel), está más cerca de la torpeza del Quinteto de la muerte que de un grupo de profesionales temerarios, pero no deja de resultar peligroso. Buena parte de la película trata sobre el terror de Anna, ocultándose, viéndose acorralada. Pero Anna presenta cierta inocencia, cierto puritanismo que guarda secretos como un falso fondo de valija.
El horror físico demuda en terror psicológico, y el cambio de mando, la revelación de Anna, resulta más interesante que lo que sucede a continuación. Pese a cierta predictibilidad en cada una de estas escenas, hacia el final Schindler muestra algunos trucos como para salir con la frente en alto. Lejos de ser original, Los intrusosentretiene y resulta más que pasable para el fan promedio del cine de suspenso-horror.