Showroom

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Fernando Molnar dirige Showroom protagonizada por Diego Peretti que pone en foco a un hombre que tras una crisis económica y una oportunidad como vendedor comienza a obsesionarse cada vez más con una vida mejor. ¿Pero en qué consiste esa vida mejor a la que aspira?
Tras ser despedido de su trabajo, quedarse sin un lugar donde vivir y cubrir deudas con un nuevo préstamo que su tío le hace y quien además le cede momentáneamente una casa en el Tigre, las cosas para Diego no parecen ir nada bien. Pero este tío que lo salva con el dinero, le propone también ser vendedor de departamentos de un complejo del que es dueño.

Al principio, Diego sólo quiere que su familia tenga un buen hogar, no uno atestado por la humedad o lleno de goteras que se convierte en una pesadilla cuando llueve, que su hija vaya a un buen colegio, y vivir en Capital. Sin embargo, a medida que se introduce cada vez más en su nuevo trabajo, que le dedica más horas, perdiendo reuniones con amigos y, sobre todo, tiempo con su familia, se obsesiona con tener eso que vende a gente aparentemente más afortunada que uno.

El problema es cuando esos sueños comienzan a tomar forma. “La vida que soñaste ya no es un sueño”, reza el slogan del complejo. El tema es lo que sucede con cada sueño, con cada fantasía que se torna realidad, es imperfecta. Y mientras su familia comienza a construir su propio hogar, en sintonía con las amistades y la naturaleza, Diego sólo se encuentra enfocado en poder salir de ese lugar.

Showroom pone en evidencia una obsesión casi ciega, porque Diego comienza a dejar ideales de lado con tal de lograr su objetivo. Showroom es Diego Peretti entregándose por completo a un personaje que lleva toda la carga del film, porque se cuenta siempre desde su punto de vista, estando él presente en cada escena.