Shazam!

Crítica de Mariano González - Cinergia

La forma de vencer es creer en uno

En 1940 Fawcett cómics crea al Capitán Marvel, un superhéroe particular ya que su identidad real es la de un niño llamado Billy Batson que se transforma en superhéroe al pronunciar la palabra SHAZAM (claramente inspirado en Superman), pero no voy a hablar de la disputa legal acerca del nombre del personaje con el de la casa de las ideas, quisiera hablar de por qué es particular este personaje ahora que va a tener su propia película y sobre todo por qué puede llegar a marcar algo distinto respecto a todos los superhéroes que existen en la actualidad.

Desde sus orígenes los superhéroes sobrellevan en su mayoría la carga de recorrer ese camino lleno de obstáculos en pos de hacer el bien de convertirse en verdaderos héroes, fracasando una y otra vez aprendiendo muchas veces del villano esa lección necesaria para cualquier trama; que la forma de vencer es creer en uno, luchar con el corazón o sacrificarse por el bien de todos. Pero ese camino del héroe que transitamos una y otra vez y admiramos con las pulsaciones a mil, viñeta a viñeta o cuadro por cuadro son protagonizadas por personajes adultos por héroes inmersos en problemáticas típicas de la coyuntura adulta. Billy Batson es un niño. ¿Qué digo solo un niño? Billy Batson es un niño huérfano, pero con una motivación enorme que es la de poder reencontrarse algún día con su verdadera madre y es su buen corazón lo que lo convierte en el elegido por el gran mago Shazam (Djimon Hounsou) para llevar los poderes de los seis magos antiguos gritando el nombre que es el acrónimo formado por la primera letra del nombre de cada uno: Salomón, Hércules, Atlas, Zeus, Aquiles y Mercurio.

Me parece muy interesante la propuesta y siento que las decisiones de David F. Sandberg respecto a eso son las más acertadas, pero paso a decirles por qué lo creo así: nos vamos a encontrar con una película que a pesar de los pases de comedia necesarios para una trama donde el personaje es un niño, toda la película incluso cuando se transforma, maneja momentos de drama de una manera muy elocuente. Uno empatiza con esa búsqueda de Billy y se siente el peso de no terminar nunca de pertenecer a un lugar al que poder llamar hogar; por otro lado la película arranca con un momento bastante oscuro que nos cuenta un poco los orígenes de Thaddeus Bodog Sivana (Mark Strong) y acá me voy a detener un segundo porque el DCEU vuelve a tener un supervillano a la altura, un antagonista con propósitos claros que en ningún momento duda de sus verdaderas convicciones es una gran actuación de Strong que por momentos mete miedo en cada escena en la que participa. Sivana quiere los poderes de Shazam cueste lo que cueste, él es un adulto que ha perdido la razón por un hecho del pasado; él necesita demostrar su valía, de alguna forma Dr Sivana es producto de una familia que lo ha marginado por no saber valerse cuando niño y eso es una marca que lo hará obsesionarse con obtener esos poderes; la película nos va a poner esa disyuntiva de un adulto intentando quitarle el dulce al niño con las armas que peor nos definen en la vida adulta y es por eso que la lucha y la perseverancia de Billy tienen otro valor porque son las armas de un ser puro, de un niño que no ha sucumbido aún a los deseos de poder típicos de alguien que perdió la inocencia.

Shazam es una película redonda con interpretaciones más que destacables: Zachary Levy en la construcción de un niño en la piel de un adulto con superpoderes no podía ser más efectiva. Logra momentos mágicos con Freddy Freeman (Jack Dylan Grazer) rememorando esas duplas geniales de las buddy movies que tanto amamos ver de pibes.

En cuanto a los efectos especiales y por no ser una película tanque respecto a lo que costó en su producción, se ve muy bien. Sus efectos no hacen ruido en ningún momento y el score hace lo suyo en esos momentos donde la épica lo amerita a cargo del joven y talentoso Benjamin Wallfisch (compositor en IT y Dunkirk, entre otras). El tercer acto es algo que los fans van a recordar por siempre: momentos de plot twist muy esperados. No puedo negar que ahogué más de un gritito llegando al final y quédense porque vamos a tener dos escenas post créditos dignas de frote de manos pensando en el futuro de nuestro amado y vapuleado DCEU.

Repasando, el resultado de las últimas dos películas digo que, como fan de DC, podemos soñar con un futuro donde ver los personajes que tanto amamos en la pantalla, parece ser que Warner vislumbra claramente el camino a seguir y es paradójico pensar que es de la mano de directorxs que particularmente vienen del género y que están contando historias donde el terror y la oscuridad son funcionales

Pagar una entrada de cine en estos momentos tan especiales que nos toca vivir en la Argentina y poder despojarse de una realidad tan difícil aunque sea por unas horas es motivo suficiente para dejarse llevar por una historia con personajes que invitan a soñar, los valores están en nosotros que nuestro superpoder sea la fortaleza de discernir los caminos construidos en nuestros hogares antes de perecer en la realidad adulta de una vida repleta de obligaciones, recordemos lo que era disfrutar, reír a carcajadas, abrazar, ser honestos, dicen que el villano define la clase de héroe que vas a ser, medítenlo un segundo y digan la palabra mágica.