Shaun el cordero

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

La rebelión ya es rutina

Siguiendo la línea dejada anteriormente por películas como Babe (Babe, el chanchito valiente, 1995) y Chicken Run (Pollitos en fuga, 2000), el cordero Shaun llega a la pantalla grande para deleitarnos con una historia tan desopilante como tierna y divertida.
De la mano del director primerizo Mark Burton y el experimentado en televisión Richard Starzak, Shaun se nos presenta como una historia de ansias de libertad de parte de un grupo de ovejas que no quieren más que tomarse un día libre de la rutina y que gracias a un elaborado plan lo conseguirán, pero no sin consecuencias.
Ambos directores han trabajado antes en producciones de similares características técnicas, tanto en producción como elaboración de sus guiones, y en el caso específico de Starzak, en la dirección de varias series televisivas de Stop Motion, tales como ¨Creature Comforts¨ y la homónima ¨Shaun the Sheep¨ de la cual deviene la película.
Con una factoría técnica no tan distinta a lo ya visto en la serie de televisión, la película destaca en gran parte por su muy buen guion que recrea un humor apto y entendible para realmente todo público, y reclama suspiros por sus personajes y situaciones que enternecerían al corazón más duro.
Es importante resaltar que la misma no es una película solo para niños, y no encasillarla tampoco en un ¨Apto todo público¨, ya que el adulto que concurra a verla la disfrutará con creces, y posiblemente hasta más que un niño.

Shaun, el cordero es una apuesta más que interesante entre los estrenos de la semana y hasta posiblemente el más completo, ya que sin necesidad de diálogo alguno y a fuerza de un humor tan descabellado como inteligente termina ganando la simpatía de cualquier espectador.