Shaun el cordero

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Rebelión en la ciudad

Shaun es un cordero que vive junto al resto del rebaño en una linda granja donde hay otros animales, entre ellos un perro controlador. En las primeras imágenes vemos como el dueño del lugar llegó allí cuando era joven y entusiasta, y armó la granja con ganas, pero ahora que han pasado los años todo se ha vuelto monótono, cada día es igual al otro, realizando las mismas tareas de forma repetitiva, y esa falta de motivación también repercute en los animales. Es entonces que Shaun decide mover algunas cosas de lugar y con ayuda de sus compañero hacer que el granjero se tome un día libre. Pero por esas cosas locas que pasan en esta clase de historias, nada sale bien; una casa rodante sale volando, un colectivo se descontrola y cosas vuelan por el aire, para que finalmente el amable granjero termine en un hospital de la ciudad, y sin memoria.
Con algo de culpa por la mala maniobra, y sintiéndose desprotegido, Shaun se toma el bus a la ciudad para buscar al granjero desaparecido, pero detrás de él llega todo el rebaño y también el perro.
Lo que sigue son las locas y surrealistas aventuras de esos animales de granja sueltos en la ciudad, fuera de su hábitat, interactuando con lo desconocido y utilizando todo su disparatado ingenio para recuperar a su adorado granjero y escapar de un malvado empleado de la agencia de control de animales.
Los creadores de los increíbles Wallace y Gromit, han vuelto con una hermosa historia que tiene gracia, humor, aventuras, pero también mucha ternura y una mirada muy original sobre las diferencias entre la idiosincrasia de la ciudad y la del campo.
Como todo film de Aardman Animations la estética merece un capitulo a parte, la animación es excelente, los personajes y sus expresiones son sublimes y cada detalle vale la pena ser admirado.
Shaun es una historia simple, pero con un gran contenido, llena de cosas para disfrutar, tanto desde las imágenes como desde el guión. Es una buena película para enseñarles a los chicos -acostumbrados al entretenimiento liviano, moralizante y rápido de Disney o Pixar- que además de entretenerse hay cosas que vale la pena apreciarlas, y de paso que conozcan buenas canciones como "House of Fun" de Madness o "Feels like summer" de Tim Wheeler, entre otras.