Shame: sin reservas

Crítica de Gabriela Avaltroni - Función Agotada

Shame: la vida de un ser abatido por el pasado

Afuera hace frío y en cada espacio cerrado también lo parece. Esas cajitas de cristal son las que encierran a Brandon en su trabajo, en el bar o en su casa. Con una paleta de colores con tintes azulados seguimos la vida del protagonista por una Manhattan de clase b.

Con un plano cenital vemos a Brandon (Michael Fassbender) recostado en su cama. Las arrugas de las sábanas indican que ha estado despierto toda la noche y a modo de flashback fragmentado conocemos las razones mientras que se funden con el presente lineal.

Si Sabina parafrasea diciendo: "El zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa...", en Shame Brandon seduce y conquista con la mirada. Pero solo son encuentros fugaces que se entremezclan con videos de chicas hot y masturbaciones. En el callejón, en el bar gay o el baño de la oficina son los ámbitos donde vemos satisfacer los deseos sexuales a este adicto.

Con una vida prolija y ordenada, Brandon sufre un desequilibrio cuando recibe de manera inesperada la visita de su hermana. Gracias a Sissy (Carey Mulligan) podemos deducir algunos aspectos de su pasado. Él, a creado una máscara, un camuflaje que le permite ocultar y de ese modo olvidar –aunque es imposible- lo que ha ocurrido un tiempo atrás. Ella, en cambio, ha podido escapar de ese tormento pero no lo oculta, lo lleva y de la manera que puede.

Si en las escenas donde prima la respiración acelerada, el director Steve McQueen, prefiere eliminar el sonido y acompañar la acción con unas notas sostenidas, uno de los momentos más bellos es cuando Sissy interpreta a capella la canción New York, New York. Con una carga emocional intensa, esa escena se convierte en un sutil diálogo entre hermanos desde la mirada, pero también es el único ambiente cálido, y paradójicamente tenso, durante toda la película. McQueen, como en un estado de enamoramiento con la actriz, la filma dándole el tiempo necesario con un plano de su rostro para que podamos desmenuzar cada palabra que interpreta mientras se le aguan los ojos.