Shame: sin reservas

Crítica de Claudio Lo Iacona - Todo lo ve

El sexo en primer plano

Segundo film del realizador Steve McQueen (Hunger), donde no es casual que apueste nuevamente a un actor en ascenso como Michael Fassbender, visto en Un método Peligroso. Shame

Cabe destacar que por Shame recibió la Copa Volpi al "mejor actor" en Venecia y sigue demostrando que se puede colocar la piel de cualquier personaje que se le cruce: Bastardos sin gloria, X-Men: Primera Generación, 300, Band of Brothers y próximamente en Indomable.

En Shame interpreta a un irlandés solitario que vive en una posición acomodada en la cuidad de New York. El es adicto al sexo en todas sus formas: internet, revistas, mujeres de una noche y, por qué no, algún muchacho de los barrios de Brooklyn. Esta pulsión lo lleva al vacío sentimental y a su única forma de relacionarse.

Aunque su metódica vida se ve alterada por la llegada de su bella hermana Sissy, (papel que interpreta Carey Mulligan, de Nunca me Abandones), joven cantante que irrumpe en su casa y logra poner fin a su privada intimidad.

Las interpretaciones son los pilares fundamentales de este drama sexual, que también es sostenido por una gran dirección y una cuidada fotografía, que le imprimen una atmósfera melancólica a una Nueva York nocturna.

Sin largos diálogos, pero con las palabras justas, estos dos hermanos irán formando lazos que no existían. Y entre portazos que dividen conversaciones y situaciones de intimidad, Brandon y Sissy se verán cubiertos por una ciudad que canta de manera muy desconsolada el clásico de Frank Sinatra, New York, New York.