Sentimientos que curan

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

“Sentimientos que curan”, el título argentino para “Infinetely Polar Bear”, es una versión hiperrealista de personajes de Woody Allen. Y lo más sorprendente es que fueron inspirados por la realidad: la historia se parece mucho a la de la directora Maya Forbes, descendiente de una de las dos familias más antiguas de Boston. Maggie (Zoe Zaldana) y Cameron (Mark Ruffalo) tienen dos hijas, forman una pareja interracial, ella de clase media y él de clase alta -aunque vive casi en la pobreza- y bipolar. De ahí el juego de palabras inventado por la hija menor por la semejanza fonética entre bi polar y polar bear.
??Maggie es una mujer culta pero por su color de piel debe luchar por cada espacio profesional, además de hacerse cargo de la educación de sus hijas. Por eso decide dejar Boston para hacer una maestría en Nueva York. Y Cameron queda al frente del hogar. Sensible e ingenioso, el hombre tiene todos los tics allenianos, pero en versión políticamente incorrectas: fuma todo el tiempo, putea y toma alcohol, además de litio, clorpromazina y otras cuantas drogas. Y es como un niño al cuidado de sus hijas. Maggie lo resume así: “Vos tenés sangre azul. Cuando los blancos viven en la miseria, son excéntricos; cuando lo hacen los negros, no tiene ningún encanto”. Con un estilo entre el documental y la más formal de las películas, Forbes -una experimentada productora y guionista- evoca en su debut como directora su propia historia, pero pone en primer plano los afectos, con dosis justas de humor y drama.