Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe

Crítica de Orlando Verna - La Capital

Un pirata sorprendente

En 1704, un pirata fue abandonado en la isla Juan Fernández, frente a Chile. Se las arregló para vivir solo y cuando fue rescatado sus vivencias fueron tomadas por el escritor inglés Daniel Defoe para contar una de sus más famosas historias. De allí el mote de "el verdadero Robinson Crusoe" que lleva el título de estos dibujos uruguayos. Realizado con la técnica del stop motion, es decir con fotografías de muñecos que van cambiando de posición, este largometraje es un ejemplo de la maestría de un artesano como el animador Walter Tournier. Con gran tino en su concepción argumental y una excepcional muestra de minuciosidad, la película entretiene y sorprende, mucho más cuando se reflexiona sobre el proceso de producción que llevó casi diez años. Para chicos, y grandes también.