Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe

Crítica de Juan Samaja - CineFreaks

En busca de la riqueza interior

Alexander Selkirk es un ambicioso pirata que se embarca en la búsqueda del fabuloso tesoro del legendario Manila, al mando del temible y traicionero Capitán Bullock, y su pintoresca tripulación, gracias a la posesión misteriosa de unos mapas de rutas que garantizan un camino directo y seguro. A lo largo del viaje, Selkirk deberá afrontar diversos conflictos con Bullock y con sus propios compañeros, quienes finalmente deciden abandonarlo a su suerte en una isla desierta. Las peripecias que sorteará en la isla le harán descubrir el verdadero valor de la vida.

El film se inspira en la verdadera historia que llevara a Daniel Defoe a escribir su Robinson Crusoe: la vida de Alexander Selkirk, un pirata escocés que, luego de diversos conflictos internos con sus compañeros de tripulación, es abandonado en una isla desierta con un revólver y dos barriles de ron.

El relato ha sido realizado con la técnica del stop motion, un procedimiento cinematográfico que data de comienzos del siglo XX para producir la ilusión de movimiento a partir de posiciones fijas. A diferencia del dibujo animado tradicional (analógico o digital), en la técnica del stop motion los personajes y el atrezzo no se dibujan sino que deben ser creados materialmente y colocados en cada una de las posiciones que serán luego fotografiadas para constituir el movimiento integral.

En términos generales, el film se sostiene narrativamente con una eficacia más que correcta, aunque –a mi juicio- comete el desliz de distribuir de manera excesivamente desequilibrada los dos grandes momentos del film: la historia en la cubierta del barco y las peripecias en la isla. El relato destina dos tercios del tiempo de expectación a los acontecimientos junto a la tripulación, y una porción ligeramente menor a los sucesos de supervivencia en la isla. Esto por sí mismo no tendría ningún impacto si no fuera por el caso de que los hechos protagonizados en la isla se presentan como el redescubrimiento que experimenta el protagonista de los valores, y que significan –desde el punto de vista de la diégesis (la historia narrada)- la epifanía principal del acontecimiento narratogénico para Selkirk.

El poco tiempo de desarrollo dedicado a este tema trae como consecuencia que el cambio psicológico del personaje se presente de un modo cuasi mágico, al modo del deus ex machina, término proveniente de la tradición del drama clásico al hacer referencia a la resolución de un desenlace a partir de la intervención divina.

Pienso que se podría haber ganado algo de tiempo aligerando la introducción y sintetizando los sucesos del barco a un conjunto orgánico más compacto, lo cual hubiera además aligerado el ritmo general de la obra. La decisión de haber recortado tiempo narrativo a lo vivido en la isla debería haber sido acompañada con acciones de mayor contundencia en el cambio de personalidad del personaje para que la mayor duración de este escenario quede dramáticamente justificada.

A pesar de todo esto, el film sale adelante con gran dignidad y vale la pena acercarse a esta propuesta, estéticamente muy bella, sobre todo con niños muy pequeños.