Secretos ocultos

Crítica de Martín Goniondzki - Cuatro Bastardos

Secretos Ocultos: Un muerto en el placard.
Sergio G. Sánchez dirige esta mezcla de drama familiar con thriller y película de horror con un resultado desparejo que se sostiene gracias a su sólido elenco y a un destacado diseño de producción.
Sergio Sánchez, guionista de películas como El Orfanato (2007) y Lo Imposible (2012), realiza su debut cinematográfico en esta cinta de habla inglesa que tiene algunos momentos y climas bastante logrados pero que quizás se termina enredando al tratar de tomar cosas de diversos géneros. Es como que el film intenta ser demasiadas cosas pero concluye sin ser ninguna de todas estas.
El largometraje cuenta la historia de una familia británica que se instala en una estancia ubicada en una zona rural de los Estados Unidos. Corren los años ’60 y Rose Marrowbone (Nicola Harrison), y sus cuatro hijos, Jack (George MacKay), Jane (Mia Goth), Billy (Charlie Heaton) y Sam (Matthew Stagg) buscan un nuevo comienzo luego de haber atravesado por una traumática y violenta experiencia con el patriarca del núcleo familiar. Es por ello que deciden ocultarse en la casa donde creció Rose, un lugar apacible y alejado del pueblo que lleva el apellido de soltera de la mujer “Marrowbone”. Los chicos conocerán a Allie (Anya Taylor-Joy), una muchacha que trabaja de bibliotecaria, que rápidamente se hará un lugar en los corazones de los Marrowbone, especialmente en el de Jack. La alegría durará poco porque primero fallece la madre y sus hijos deberán recluirse hasta que el mayor cumpla los 21 años de edad así la propiedad les queda a su nombre y al mismo tiempo Jack consigue ser el tutor o encargado de sus hermanos menores. Sin embargo, la presencia del padre y del abogado Tom Porter (Kyle Soller), encargado de concretar la transferencia de la vivienda a nombre de Rose, les traerá problemas a este grupo de chicos obligados a crecer apresuradamente ante los continuos infortunios que atraviesa su estirpe.
La cinta, cuyo nombre original es “El Secreto de Marrowbone”, toma mecanismos de otras propuestas de horror y suspenso conocidas, tales como la mencionada El Orfanato, Los Otros (2001), Sexto Sentido (1999), Psicosis (1960) y ciertos elementos de dramas como por ejemplo El Seductor (2017). Es en esa miscelánea heterogénea que la película comienza a tambalear a diferencia de cuando se aboca principalmente al drama familiar. Cuando la obra se vuelca esencialmente a las contrariedades de los Marrowbone, funciona e incluso genera cierta incertidumbre en el espectador respecto al trasfondo que rodea a los protagonistas y a los secretos que esconden. En cambio, cuando el film intenta volverse más paranormal se pierde la fuerza narrativa que había generado anteriormente.
No obstante, el resultado llega a ser satisfactorio gracias a las sentidas e inspiradas interpretaciones del joven reparto, entre los que se destacan Anya Taylor-Joy (Fragmentado), George MacKay (Captain Fantastic) y Charlie Heaton (Stranger Things). Hubiera sido más interesante un desarrollo más pronunciado de Heaton, Joy y el resto de los hermanos, ya que tienen menos progreso o pulsiones dramáticas que el interesante personaje de MacKay. Este hecho hubiera significado una mayor relevancia de la vuelta de tuerca del final, sobre todo que concluyendo el segundo acto se nota un tanto predecible.
Por el lado de los aspectos técnicos se destaca el vestuario, el arte y todo lo relacionado con el diseño de producción, al igual que la fotografía de Xavi Giménez (El Maquinista) que logra homogeneizar las líneas temporales y ese sentimiento nostálgico de los sesenta.
En síntesis, Secretos Ocultos resulta ser un divertimento ligeramente efectivo que no llega a explotar todo el potencial que traía aparejado a nivel narrativo, pero que igualmente consigue entretener gracias a una prolija ejecución técnica e interpretativa. Un film que se hubiera beneficiado de haberse decidido por un solo género.