Secretos de una obsesión

Crítica de Maximiliano Barbalace - El Lado G

La adaptación norteamericana de El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), ganadora al Oscar por mejor película extranjera en 2010, llega a los cines. El film cuenta con la dirección y el guión de Billy Ray (Los juegos del hambre) y con las actuaciones de Julia Roberts, que también se puso en el papel de productora, Chiwetel Ejiofor y Nicole Kidman.

El día que se presenta a la nueva fiscal de distrito, Claire (Kidman), en el departamento policial de Los Angeles, los agentes y amigos Jess (Roberts) y Ray (Ejiofor) reciben un llamado que notifica la aparición de una muchacha muerta en un basural cercano a la mezquita de la ciudad. Al llegar a la escena del crimen, descubren que se trata del cuerpo de la hija de Jess, por lo que Ray le jura a su amiga y compañera que no descansará hasta encontrar al asesino. La situación empeora cuando descubren que el delincuente es un soplón del FBI de la división Anti Terrorismo. Una década después, un Ray transformado en detective privado luego de abandonar el departamento, consigue una pista que podría acercarlo más al homicida prófugo de la niña de Jess.

Ejiofor, (12 años de esclavitud) como el detective y ex agente del FBI con una deuda de honor a pagar, y Kidman (Lazos perversos), como la nueva e inexperta fiscal, son lo mejor de la película: ambas actuaciones resultan creíbles, y la química entre la pareja va acorde a la trama. Distinto es el caso de Roberts (Espejito, espejito), quien sobreactúa demasiado en su papel de madre sufrida, en el que se juntan los personajes de Guillermo Francella y Pablo Rago de la original. El resto del reparto da la pauta para una película policial de suspenso: Dean Norris encarna al compañero de los protagonistas, un rol demasiado similar al que tuvo como Hank Schrader en Breaking Bad, mientras que Alfred Molina (Spider-Man 2) está correcto y cínico como jefe de todo el destacamento.

La temática de Secreto de una obsesión poco tiene que ver con la de la original argentina: el contexto escénico y temporal se sitúan en un escenario posterior a los atentados del 9 de septiembre, por lo que toda la trama está cargada de mensajes anti terroristas. Este cambio resulta innecesariamente complejo, y al mismo hay que agregar el abuso desmedido de saltos temporales, cuyo abuso no se explica.

De todas formas, por momentos la película logra recrear la magia propia del género detectivesco, los mejores planos son mal usados Secreto de una obsesión resulta ser una película de suspenso policial más, con toques de novela negra que no resultan novedosos y que hacen que caiga en clichés del género. Como adaptación de El secreto de sus ojos, el film de Ray no funciona. Mejor quedarse con la original.