Secretos de una obsesión

Crítica de María Paula Putrueli - A Sala Llena

La pasión siempre gana.

Sabido es que ante un éxito como el que vivó la película argentina El Secreto de sus Ojos de Juan José Campanella, galardonada con el Oscar a Mejor Película Extranjera en el año 2010, el olfato de los productores americanos no dejaría escapar la oportunidad de reformular aquella historia centrada en un crimen y la densa investigación subsiguiente a fin de dar con el culpable, aun muchos años después de perpetrado el crimen. En Secretos de una Obsesión se toma como base el impecable guión de la original, pero no es lo que se dice una “remake” propiamente dicha, es tal vez una adaptación tomando algunos puntos en común pero desarrollando un argumento algo disímil.

Estamos ante un clásico film americano de investigación. Probablemente si no se lo comparase con la película argentina tendría algunos puntos positivos más, pero la realidad es que la trama nunca decae y tiene al espectador siempre interesado en el desarrollo, aun conociendo de antemano el final de la historia. Nos encontramos con actores de la talla de Julia Roberts, hoy interpretando el papel de policía y madre de la víctima: puede que a algunos les parezca forzada la actuación, sin embargo Julia siempre se luce, siempre creemos en sus gestos, en sus silencios y en sus palabras, y es su actuación un punto álgido en el relato. La acompaña en reparto Chiwetel Ejiofor, quien ocupa el rol que tan magníficamente llevó a cabo Ricardo Darín, componiendo un detective obsesionado con encontrar al culpable y -en paralelo- dar lucha a una justicia no del todo justa (se le suma en esta oportunidad el factor emocional, siendo la víctima una persona allegada a él).

Para completar el trío de protagonistas, Nicole Kidman encarna a la fiscal que interpretara Soledad Villamil, y si alguno insisite en comparaciones, Nicole las perderá todas ya que en contraposición a Roberts, su actuación queda pobre, algo inverosímil por momentos, encontrando su mayor falla en la historia de amor que trata de construirse entre ella y el detective, la cual si se siente forzada y con poca consistencia. Los cambios obvios en el guión están a la orden del día (el fútbol será reemplazado por el béisbol), y la presencia del comic así como del famoso picnic oficinesco serán elementos primordiales en el seguimiento del caso a resolver.

Secretos de una Obsesión habla de lo mismo pero de manera diferente. Tal vez los personajes no estén tan bien construidos aunque a fin de cuentas se sostienen, el guión es correcto y los tiempos justos. Si bien se aprecia alguna chatura en los clímax y la fotografía en pantalla, estamos ante un thriller bien llevado, que sale airoso de la dificultad de tener como punto de referencia y comparación a una de las mejores películas argentinas de los últimos tiempos. El film no se eleva sobre su par cinematográfico, pero pasa la prueba y es digno de ver.