Secretos de estado

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Detrás de los ideales

La cuarta incursión de George Clooney en la dirección, Secretos de estado (The Ides of March, 2011), es un thriller político que denuncia los inevitables caminos de corrupción en época electoral. Clooney, siempre comprometido con la realidad detrás de cámaras, vuelve a darle un duro golpe ideológico al sistema político con este film.

Elecciones primarias en Ohio del partido demócrata. Dos candidatos se disputan la cabeza de partido: Pullman (Michael Mantell) y Morris (George Clooney). Los sucios vericuetos detrás de las campañas quedan expuestos en escena. El jefe de campaña del primero es Tom (Paul Giamatti), el del segundo Paul (Philip Seymour Hoffman) y su asesor Stephen (Ryan Gosling). La trama se centra en el joven asesor que pone en jaque sus ideales para ascender en el mundillo de la política. La situación se torna aún mas interesante cuando el juego se vuelve personal para Stephen.

Como en la genial Buenas noches, y buena suerte (Good Night, and Good Luck, 2005), Clooney se escuda en hechos muy semejantes a la realidad (aunque estén basados en la obra Farragut North de Beau Willimon, son situaciones que pasan cotidianamente en política) para meter el dedo en la llaga al sistema eleccionario norteamericano y hacer una defensa de los ideales.

Un gran elenco preside Secretos de estado, todos de formidables actuaciones sumándose a los ya mencionados anteriormente, Marisa Tomei como una periodista implacable, y Evan Rachel Wood como “la pasante” del conflicto que disparará la venganza final en el film.

La película viene cosechando premios en el exterior, cuenta con cuatro nominaciones a los Globos de Oro y tiene muchas posibilidades de candidatearse al Oscar. Pero lo más importante es que recupera un cine norteamericano de denuncia que hacía mucho no se estrenaba en nuestro país.