Secretos de estado

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Clooney indaga bien en la política oscura

Es interesante la elección que hace George Clooney como director de temas políticos, como el de su película anterior «Confesiones de una mente peligrosa», sobre un programa televisivo de juegos que servía de fachada para una operación de espionaje. Ahora ha eligido adaptar una dramática obra de teatro sobre el sórdido backstage del mundo de la política, interpretando el papel de un gobernador en las internas para ser candidato a presidente por los demócratas, aunque el verdadero protagonista es Ryan Gosling, como el nuevo asesor de la campaña que, en principio, es bastante idealista, pero que pronto empieza a aprender los trucos sucios de otros colegas más avezados, como por ejemplo el implacable jefe de campaña encarnado con su talento habitual por Philip Seymour Hoffman.

La película deja ver su raíz teatral en el primer tercio de su metraje, cuando describe los personajes y sus conflictos en forma tal vez menos tensa y estática de lo recomendable, aunque pronto empieza a ganar interés cuando va descubriendo las ambiciones del recién llegado, su relación con la periodista Marisa Tomei y con el competidor del gobernador (otro gran actor, Paul Giamatti) que muy astutamente le pone un anzuelo para complicarle la campaña a su rival.

No es la primera vez que Hollywood se ocupa de este tipo de tema serio (y, al mismo tiempo, un poco ingenuo ya que sin duda este historia se queda corta en sus revelaciones sobre el mundo no visible de la política), y hasta ahora no hay ningún film que supere la obra maestra de Otto Preminger «Tempestad sobre Washington» («Advise And Consent»), y en todo caso, si bien no llega a ese nivel, «Secretos de estado» va hilvanando las presiones profesionales de sus personajes con detalles de su vida personal que se van mezclando hasta explotar en un escándalo que incluye una relación extramatrimonial, aborto y suicidio.

Es un toque melodramático que le imprime al film un giro anticuado y terriblemente serio que viene bien en estos tiempos livianos. La visión de Clooney sobre los políticos es grave, descarnada y con buenas imágenes, pero sobre todo con excelentes actuacioens de todo el elenco. El resultado es una película reflexiva que funciona especialmente en su crítica al mundo de los políticos justamente por, en tiempos de Obama, ocuparse de los Demócratas.