Scream

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Revivir franquicias viejas… ¿para qué?. Mientras que la gente y la crítica cuestionan la movida, al menos yo entiendo la razón comercial del tema: de unos años a esta parte ha comenzado una reventa salvaje de franquicias, muchas de las cuales cambian de manos al menos un par de veces en un par de años – como pasó con Terminator y ahora ocurre con Scream -. Será que los estudios quedaron medios fundidos por la pandemia, el asunto es que los nuevos dueños lo primero que hacen es cocinar un reciclado / reboot / secuela para, aunque sea, compensar algunos costos y de paso probar suerte si la saga tiene suficiente pulso como para ser revivida. No todo el mundo es un magnate aburrido con guita que quiera volver a testearse en el mismo terreno donde tuvo éxito – léase, Spielberg y Lucas con las últimas aventuras de Indiana Jones -; por eso resucitan los Depredadores, los Rambos, los Duros de Matar, los Michael Myers y toda esa bocha de IPs (propiedades intelectuales) que datan de los 80s.

Si Halloween pudo ser revivida con toda la furia – en buena parte gracias a la magia cormanesca de Blumhouse y a una apasionante vuelta de tuerca que me entusiasmó hasta a mí, que odio el slasher -, ¿por qué no traer de nuevo a la vida a otro asesino serial enmascarado?. Acá no está Wes Craven (fallecido en el 2015) ni Kevin Williamson (al menos en los textos). La pregunta es si un grupo de fans podrá revivir una saga que hace 11 años intentó volver y sólo obtuvo tibios resultados de taquilla.

La realidad – y de esto Jason Blum sabe de sobra – es que todo se trata de costos y ganancias. Aun cuando lo que produzcas sea una porquería, si es muy barata y recauda el doble entonces es rentable. Scream 5 solo salió 24 palos verdes y recaudó 134, y aunque eso no la convierte en Avatar o Endgame, hace un 500% de utilidad por el magro dinero invertido – un vuelto para lo que son los standares hollywoodenses -. Así que, buena o no, Scream 6 será inevitable. Por otro lado no es una mala inversión comprar una IP de terror; en tiempos de crisis la gente se refugia en el cine de horror mas que en el género de acción o la comedia – la Universal se hizo grande en los años 30 luego de la Gran Depresión del 29 vendiendo vampiros, momias, hombres lobos y tipos construidos con partes de cadáveres -, y siempre podés contratar a alguien mas o menos conocido que esté en la mala, cosa que le pagues dos mangos y te haga cartel.

Esas son las únicas, puras y exclusivas razones por las cuales Scream 5 existe. No es que había mas historia que contar o que encontraron una vuelta de tuerca fenomenal e imperdible. Pero al no estar los responsables creativos originales de esto, la película se siente desbalanceada. En si el filme está mejor dirigido que escrito – las secuencias de suspenso están buenas pero las actuaciones son mediocres, los diálogos se enciman y van a mil por hora, y hay momentos en que uno queda con las ruedas para arriba porque no termina de entender quién es quién -. Por supuesto los libretistas – que vienen de las aventuras del Hombre Araña era Garfield y que su mayor logro (junto con los directores) era la graciosa Ready or Not – se hacen los bananas aunque no sean Williamson, y terminan enredándose con sus propios argumentos. Scream (la original) era didáctica – en cuanto a las reglas del cine de terror -; acá supone que, como todos estamos con Internet, sabemos lo que es una Mary Sue, una Re-Cuela y la mar en coche (y sí; yo lo sé, pero he ahí el error del script, que parece escrito por fans para fans y no para el público en general). Acá para refritar todo metieron a parientes directos y lejanos de personajes históricos de la saga – y la mayoría pareciera haberse casado con morenos o latinos, cosa de darle representación racial al cast (!) – y trajeron de vuelta a la Campbell, Cox y Arquette en una presencia mas nominal que de verdadero peso en la trama. Si, pretenden un pase de antorcha pero los herederos – en especial la protagonista Melissa Barrera – carecen de expresividad y carisma como para entusiasmarte cuando tomen la posta.

Si hay manera de definir a Scream 5 es que es El Despertar de la Fuerza de la saga (el mismo cast lo dice). Hay gente nueva e históricos de la saga, la historia es un refrito del original y solo tenemos variantes de las secuencias memorables del primer filme. Como entretenimiento funciona, pero es fácilmente olvidable una vez que pasaron los créditos finales. Los tipos nuevos son muy blandos o superficiales, los históricos van en piloto automático – aunque debo admitir que el cruce entre Courtney Cox y David Arquette (divorciados en la ficción y en la vida real) tiene un costado amargo y metaficticio que te pesa (si conocés la historia real entre ellos) – y la revelación es, por lo menos, traída de los pelos. Hay un disparo directo al fandom tóxico (ese que es capaz de boicotear franquicias o provoca que los estudios realicen cambios radicales a sus planes iniciales, como la Ghostbusters con el elenco femenino o cuando J.J. Abrams metió mano en la última película de la última trilogía de Star Wars) pero se ve demasiado rebuscada.

Con alguna sorpresita que otra, sustos pasables, algo de gore de mas y un libreto con bastantes agujeros Scream 5 se deja ver. No es un regreso con gloria, al menos es respetuoso de la franquicia pero las nuevas adiciones no convencen demasiado. Habrá que ver cuando llegue la inevitable sexta parte, a ver si los productores / directores / libretistas tomaron nota de lo que a la gente no le gustó o no convenció en esta oportunidad y decidieron corregirlo con una dosis de inesperada creatividad.