Sangre y amor en París

Crítica de Maximiliano Curcio - EscribiendoCine

Reciclando grandes exitos

Con el sello inconfundible de Luc Besson, Sangre y Amor en Paris (From Paris with Love, 2009) es una divertida propuesta de súper acción con el inefable John Travolta al frente del relato, esta vez en la piel de un justiciero, irreverente e incansable agente secreto.

Dos compañeros encubiertos de la agencia secreta (el otro agente encarnado por Jonathan Rhys-Meyeres), diametralmente opuestos se ven envueltos en una misión para salvar a Paris de un atentado terrorista. Disparos, explosiones y carreras en auto por doquier serán la constante a lo largo del film. La propuesta es acción dura y ritmo frenético, a la manera de un rock heavy metal que suena bien potente en nuestros oídos.

El realizador francés, ahora en su rol de productor, desde hace un tiempo ha prestado un incipiente interés hacia el cine de acción tan compulsivo como irregular, así lo muestran títulos de su autoría y producción como Danny the Dog (2005) y Revolver (2005).

Con suficientes pergaminos Luc Besson –un Jerry Bruckhemier a la francesa- ha demostrado que el cine galo puede hacer películas de acción dignas de competir con los tanques yanquis mas promocionados. Esta nueva incursión pochoclera que amalgama lo más comercial del género de acción americano, será incuestionable a nivel industrial como producto, y sigue la línea de Búsqueda Implacable (Taken, 2009) el anterior film de Pierre Morel.

En un genero cargado de nervio, movilidad y despliegue no desentona la labor de Pierre Morel, un autor que ya navega con soltura las transitadas aguas de una temática inagotable y con una fuerte dependencia en la imagen. En su lenguaje visual el film posee el fuego sagrado de Besson quien aun en contadas dosis sabe dotar a sus historias de la irreverencia y el estallido necesarios para ser efectivo e inteligente con relativamente poco en términos narrativos.

Con indudables referencias al cine de acción norteamericano clásico, mas precisamente, al de las buddy movies que eternizara la saga de Arma Mortal el film se inspira en los máximos exponentes del genero en Hollywood de los ’90 y sus héroes inoxidables e indestructibles. Un formato fílmico que le sienta muy bien, incluso cuando se burla de cierto orden mundial establecido pese a cierta simplificación de la realidad. Casi como una sucedánea del espíritu violento de Tiempos Violentos (Pulp Ficition, 1994) y sus héroes transgresores, no en vano el personaje de Travolta es un guiño inequívoco al inolvidable Vincent Vega. El film no se toma en serio a si mismo y juega de forma constante con el absurdo, basta referenciar al titulo original para darnos cuenta que estamos en un guiño mas que evidente a James Bond y su Desde Rusia con Amor (From Russia with Love, 1963).

Sin querer resultar políticamente correcto ni adosar en su bagaje falsas moralinas que nada tienen que ver con un espectáculo visual puro, esta incansable aventura urbana se propone –y cumple- arrasar con lo que se tenga adelante y se convierta en una amenaza. Este apettite for destruction forma parte de la naturaleza anárquica que el film construye, casi como una fuga mental que invita al entretenimiento exclusivo. Sobran algunas escenas de una comicidad innecesarias, o un desatinado personaje femenino que resulta por demás anticipable. Pese a sus limitaciones argumentales y coquetear con lo risible en los límites de la exageración, la acción no dará respiro. Y así la diversión estará garantizada.