Sammy 2: El gran escape

Crítica de Andrea Villa - EscribiendoCine

Aventuras en caparazón

La producción belga Sammy 2: El gran escape (Sammy`s avonturen 2, 2012) muestra en un entorno acuático en total tecnología 3D, una fábula para que el público infantil conozca algunos de los peligros que amenazan a las tortugas como especie.

En esta segunda parte, el director Ben Stassen insiste -tal como en la primera parte- en mostrar un perfil luchador de Sammy, ya abuelo, quien otra vez es separado de su familia y de su gran amor la tortuga Shelly. Pero Sammy nunca se resigna y vuelve a pelear por su supervivencia. También la historia busca evidenciar la intromisión humana que se convierte en el enemigo difuso a lo largo de la trama cuando el protagonista y su amigo Ray, dedicados a proteger a sus nietos Ricky y Ella, son sorprendidos por un pescador para ser vendidos a un gigantesco acuario en Dubai. En la búsqueda de fuga surgirán nuevos personajes como Jimbo, un pez gota de ojos saltones, una pulpa llamada Annabel, Lulú la langosta, Big D, un caballito de mar que gobierna el territorio acuático, y también una familia de pingüinos.

Animación con todos los tintes de las películas infantiles tradicionales: animales simpáticos con características humanas, colores, movimiento y por supuesto, aventuras y desventuras. No obstante va más allá, porque también trasmite un mensaje ecológico que cuestiona la mano destructora del hombre, que irrumpe en la vida de los indefensos seres marinos. Quizás una de las escenas más representativas acerca del desinterés por parte de los humanos en proteger a los animales, transcurre en la suspensión de la disputa que liberaría a estas especies del acuario a cambio de unos tragos gratuitos. Excelente combinación de música y narración fílmica que denota la desidia humana.

Sammy 2: El gran escape cuenta con efectos 3D muy bien logrados que permiten tanto visualizar en profundidad el mundo acuático simulando la real fauna marina como también provocar una sensación de “estar ahí” que a los más pequeños les hace creer que están nadando en un ambiente mágico.

La fuerza de la amistad, el amor y el poder son algunos de los valores que se vislumbran esta trama animada, que tiene una segunda lectura más dura con un mensaje claro: los animales quieren y deben ser libres.