Sammy 2: El gran escape

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Una tortuga en divertidos apuros

Sammy, aquella simpática tortuga acuática que en 2010 apareció por primera vez en la pantalla grande, vuelve aquí a enredarse en una serie de aventuras en las que demostrará su astucia y su valentía. En esta nueva historia, tanto ella como su amigo Ray se divierten en un mar de coral junto a los pequeños Ricky y Ella, a quienes guían y protegen de los peligros del mar. Pero la existencia del grupo se verá alterada cuando varios pescadores furtivos atrapen a Sammy y a Ray y los trasladen a un gran acuario.

Un caballito de mar, cabecilla del lugar, los incluye en su plan para escapar, aunque siempre fracasa. Las dos tortugas acuáticas conocerán a una serie de personajes, entre ellos un pez de ojos saltones, una langosta poco amigable y toda una familia de pingüinos que, juntos, intentarán salir de ese enorme acuario.

Sammy se convertirá de pronto en el cabecilla de esa heterogénea fauna marina y, con gran valentía, apostará a conquistar la ansiada libertad. Pero para llegar a ella deberá hacer frente a una variada sucesión de inconvenientes y de peligros, ya que no todos los animales del acuario son dóciles. Simpático y entretenido, el film habla no sólo de la amistad y de los riesgos de esos seres acuáticos, sino que contiene además un profundo mensaje ecológico que, sin duda, será comprendido por los niños, destinatarios finales de la aventura.