Salvajes

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Tan solemne que da risa

Aaron Johnson, Taylor Kitsch, John Travolta, Salma Hayek, Blake Lively y Benicio del Toro se ponen a las órdenes del director Oliver Stone tras su paso anterior por el documental South of Border, en el que presentaba a los mandatarios latinoamericanos.

Salvajes, su nuevo opus, busca por un lado una estética de la violencia encolumnada en un retrato algo kirch del mundo del narcotráfico mexicano y por otro la ironía de los estereotipos que representan cada personaje, a saber: jefa narco en la piel de Salma Hayek; policía corrupto encarnado por John Travolta; dealers yanquis carilindos que se tratan de pasar de listos en los negocios del cannabis y una blonda en apuros, secuestrada a la que deberán rescatar, interpretada por Blake Lively de la serie Gossip Girl.

La estructura narrativa, si bien adopta algunos rasgos de estilo stonianos y un montaje atractivo, transita por el derrotero de toda película de venganza en la que victimarios y víctimas se entrecruzan dejando un tendal de muertes en el camino, cargadas de cinismo y violencia. Pero lo más llamativo de este film es el poco criterio de su director para evadir la mera anécdota y forzar -de manera arbitraria- un relato lleno de incongruencias donde los narcos parecen estúpidos y los héroes dealers unos verdaderos estrategas y capaces de enfrentarse a un cartel entero sin despeinarse.

Si eso hubiese sido parte de la ironía, digamos que Salvajes alcanzaría el estatus de película violenta pero graciosa. Sin embargo, la pátina de solemnidad que la recubre, con dos finales lamentables que no se revelarán aquí, llevan a la conclusión de que estamos en presencia de una película fallida y decepcionante tratándose de un director interesante por lo menos como Oliver Stone, cuya relación con la mística de las drogas en esta oportunidad se hace más que visible.