Sal

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Sin querer, todos dejamos marcadas nuestras preferencias en el sitio. El que me lee seguido sabe que tengo un amor particular por el cine clásico de Hollywood y por su estructura. Esta película logra ser un western como los de antes, como esos que no podía dejar de ver y que ahora se fueron perdiendo en caricaturas de lo mismo.
“Sal” nos cuenta la historia de un hombre en busca de inspiración para filmar el western que siempre soñó y que en pleno desierto lo confunden con otro que tiene un pasado oscuro.
Este recurso, también muy usado en el cine clásico, de la confusión termina creando tres personajes: el que es, el que creen que es y el que termina siendo combinando a los dos anteriores. La ilusión del “viaje” que tiene el personaje de Sergio en el que el punto de llegada nunca puede ser igual que el de partida porque él ya no es el mismo
Con el escenario del desierto de Atacama (de ahí el nombre de la peli) y la búsqueda de este hombre que termina entrenando incansablemente para poder hacer frente a algo que no le correspondía responder (y, como en todo western, no puede faltar el malo muy malo), pero que responde porque él ya se ha convertido en quien creen que es. Algunas constantes como esas miradas melancólicas y los atardeceres soñados terminan de dar la pincelada. Ni les digo del duelo que me recordó a Gary Cooper en pleno mediodía, caminando por un pueblo desierto.
Esta película es la ópera prima de su director, Diego Rougier, quien también se hizo cargo del guión. En él podemos ver ese cine que yo amo, con pinceladas de humor que me recuerdan a Leone. Algunas cosas de guión como las de apegarse mucho a las constantes por momentos, tornan un poco predecible la película y le quitan ritmo.
No es que las actuaciones no estén a la altura (remarco el trabajo de Contreras y Martínez) pero la verdad es que el producto era de una ambición que requería un nivel actoral enorme. Me gusta que fundamenten caracteres con clima: acá la gente es seca y árida porque vive en el desierto, pero querer cumplir con todos y cada uno de los estereotipos, termina saturando al espectador.
Llena de homenajes, es una película hecha por un amante del cine para otros amantes del cine. Ya eso sólo vale la entrada.