Rush - Pasión y gloria

Crítica de Sebastián Espíndola - Toma 5

“RUSH”: LO QUE IMPORTA ES COMPETIR

Dicen la voces mas expertas y autorizadas que 1976 fue el mejor año de la Formula 1. Mejor año por la competitividad, por la adrenalina y porque el campeonato se definió la ultima fecha y por solo un punto. Lo cierto, también dicho por esas voces, es que esto se lo deben tan solo a dos personas: James Hunt y Nikki Lauda. De eso trata la última película del colorado (ganador del Oscar) Ron Howard (Apollo 13, Una mente brillante).

La rivalidad entre el playboy mujeriego, Hunt, y la maquina del perfeccionismo, Lauda, siempre fue aclamada por todos como la mejor rivalidad deportiva de todos los tiempos, y eso se demostró en 1976, ya que ambos fueron los protagonistas no solo del campeonato sino de un terrible accidente. La trama de la película es solo eso pero el encargado detrás del guion es Peter Morgan (Frost contra Nixon, El último rey de Escocia, La reina), con lo cual estamos listos para afirmar que es más que eso. Con unos diálogos impecables, la historia (a medida que avanza) se va centrando mas y mas en la rivalidad, dejando de lado el deporte pero sin descuidarlo, lo que hace atractiva la historia hasta para el mas hereje de las pistas F1.

Como ya es habitué en el mundo de Howard, cada detalle esta cuidado milimetricamente, y hasta el mas despierto consumidor del deporte lo puede afirmar. Cada pista esta calcada a la perfección, cada dato técnico encaja y hasta los parecidos físicos son increíbles. La iluminación logra sumergirte en una película totalmente ambientada en los 70, con lo cual se puede decir que cumple, mientras que mención aparte merecen las actuaciones, o al menos una en particular.

El elenco esta encabezado por Chris “Thor” Hemsworth y Daniel Brühl. Hemsworth hace lo suyo de manera correcta, sin lucirse en su papel (como ya nos tiene acostumbrado), pero cumpliendo. Ahora, a medida que avanza la trama Brühl lo va rebasando en una recta larga y termina como el vencedor. Impecable labor del catalán como Lauda, el acento, los gestos, los movimientos y el espíritu. Todo esta plasmado y llevado adelante a la perfección (creemos que es digna de un Oscar esta interpretación). A nivel actoral, se podría decir que el motor de esta carrera es Daniel Brühl.

Rush cumple con todo y mas. Logra generar un clima tenso por momentos, dramático por otros y hasta momentos de humor muy bien logrados. Una de las joyas del año que logra mantener al espectador mas que sumergido durante 123 minutos inclusive sabiendo como concluirá la historia. Es por eso que el colo va a pelear por un nuevo Oscar con esta obra. Pero acordate Ron: lo importante, es competir.