Rush - Pasión y gloria

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

Los Dos rivales

Ron Howard es un laburador de tiempo completo del cine, suma y suma pelis con un desparpajo de temas y casi siempre reúne oficio, profesionalismo, buenas actuaciones y -al menos- aceptables productos. Pudo ir de "Cocoon" a "Una mente brillante", de "Apolo 13" a "El Codigo da Vinci", pero en su filmo sobresale esa apasionante "Frost / Nixon" del 2009, que tanto nos deleitó y que mucho concatena con esta nueva realización, con guión de Peter Morgan, el mismo autor de la anterior dicha.
Aquí también el oscarizado director cuenta la electrizante batalla entre dos personalidades reales, esos grandes pilotos de Fórmula 1: el británico James Hunt y el austríaco Niki Lauda. Algo así como el día y la noche, el primero un desbordado, mujeriego playboy en tanto su oponente un ejemplo del absoluto trabajo y meticulosidad que no podía venir ni tan menos ni tan poco con su sangre bávara. La rivalidad feroz que ofrece la película se respira en cada secuencia, se siente en cada mirada, pero también se aprecia el respeto mutuo y las ganas no sólo de superar al rival, sino de mejorarse ellos mismos, puliendo sus respectivas técnicas.

El director Howard narra con una muy relevante puesta en imágenes, la dirección de arte y las texturas de los colores, como así muchas tomas y planos nos recuerdan al cine de la década en la cual transcurre el filme: los años 70, a su vez llena de ejemplos del cine de veloces pistas, aquél de "Grand Prix"(1966), "500 Millas"(1969) con Paul Newman, o el fervor de Steve McQueen en "Le Mans" (1971).
Chris Hemsworth como Hunt y Daniel Brühl en el rol de Lauda, están soberbios, y suman laburos memorables sin dudas, la belleza increíble de Olivia Wilde como la modelo Suzy Miller, aquella que se dice Hunt rifó al actor Richard Burton por la suma de un millón de dólares, tampoco pasa desapercibida.
En lo personal nunca tuve mayor deleite con las competencias de Fórmula 1, ni me interesaron, pero aquí la historia atrapa soberanamente en su apunte cinematográfico, sin dudas un duelo excepcional.