Rush - Pasión y gloria

Crítica de Fernando Hansen - Toma 5

"Rush": pocos son los elegidos

Monza 1976, Gran Premio de Italia. Apenas 42 días después de uno de los accidentes más impactantes de la Formula 1, Niki Lauda vuelve a ocupar su puesto dentro del monoplaza de la Scuderia Ferrari. Con gran parte de su cabeza quemada vuelve a hacer lo que mejor le salía, correr.

Aquella temporada, su principal competidor era James Hunt y en un intento desesperado por alcanzarlo en el circuito de Nürburgring (Gran Premio de Alemania) - uno de los circuitos mas peligrosos del planeta - termino sufriendo el accidente que lo envolvio en llamas durante casi un minuto o más.

"Rush: pasión y gloria" no sólo retrata de forma precisa a estos dos corredores en las manos de Chris Hemworth (Hunt) y Daniel Brühl (Lauda) sino que también mantiene viva, durante un poco mas de 2 horas, la esencia de la primera categoria del automovilismo mundial generando a través de la música que acompaña momentos de tensión y dramatismo.

Hunt y Lauda componen una de las mas reconocidas rivalidades que tuvo la máxima categoría, que con el tiempo se repiten como por ejemplo con Senna y Prost, demostrando que este es un deporte solamente para aquellos que se atreven, que arriesgan al limite, sin miedo a nada y hasta rozando la locura.

Simplemente Ron Howard (tambien director de peliculas como Apollo XIII) sabe cómo traer al presente una historia del pasado, sin que se perciban los años transcurridos y realiza una representación precisa del ambiente de la F1, donde la rivalidad queda dentro de la pista. De esta forma, su película se vuelve ideal para los fanáticos e incluso muy buena para los que no lo son.