Ruby, la chica de mis sueños

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

¿El amor esta hecho de imaginación? ¿O es al revés? Algo de esto le pasa a este escritor joven y consagrado que crea la mujer de sus sueños en el papel. Con un poco de magia (el amor lo presupone) logrará que ese ser no sólo se corporice sino que desde la escritura él pueda ir moldeándolo a su antojo. Desde el puro romanticismo el film juega con la idea de esos enamorados que buscan empecinadamente que la chica de sus sueños no dé sorpresas, que sienta y haga lo que él desea. Y la película transita sin tropiezos en los confines del amor posesivo y el amor loco. Ellos son tan distintos que se necesitan: él es tímido, lento, y ella es una chica fresca y radiante. Y su amor crece a la par de ese libro que acompaña la historia y la corrige. Y que muestra las oscilaciones de una pasión que a ratos los exalta y a ratos los derrumba. Y está el afuera (simbolizado por un hermano), que no entiende nunca lo que pasa dentro de ese amor. Interesante, despareja, pero al menos con ideas y búsqueda. La escribió y la protagoniza Zoe Kazan, nieta del gran Elia. Al final, la película vuelve al punto de partida. Es que en el amor -nos dice- siempre se está recomenzando.