Romeo y Julieta

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

MENOS DE LO MISMO

Vuelve el drama de Shakespeare sin aportar nada nuevo. ¿Por qué insistir con un texto tan transitado por el cine? Seguramente los productores imaginaron que en la inmortal historia de estos trágicos amantes hay elementos de sobra para poder encandilar una nueva generación de románticos. Y allí fueron. Poco para destacar. Ni siquiera tiene las cuidadas imágenes de la versión de Franco Zeffirelli (1968), linda y dulzona. Aquí no hay nada nuevo y nada destacable, salvo una cuidada ambientación de época. Lo peor son las actuaciones: Hailee Steinfeld y Douglas Booth (Julieta y Romeo) son dos héroes de madera que recitan sin gracia y que ni siquiera logran poner al público de su lado. Lo mejor, los escenarios naturales de Verona y la oportunidad de poder saborear una vez más un texto inolvidable que sigue desafiando el tiempo y las malas versiones.