Román

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

El titulo del filme es el nombre del personaje central de la historia, su construcción es una mezcla entre Robocop (se mueve como tal), Terminator (dialoga exactamente igual), pero se parece físicamente a Lou Ferrigno, el actor que encarnaba a El Increíble Hulk en la serie de televisión, por lo cual se puede decir que estamos frente a una especie de Frankeinstein en una producción supuestamente policial.

Román (Gaby Peralta) es un policía tan parco como ingenuo, cree en la dicótoma del bien y del mal, pone todo su esfuerzo por vivir en armonía, sin embargo y, finalmente, el mundo y sus contradicciones lo pasan por encima.

El problema, más allá de esta especie de síntesis argumental, es que todo fue mal realizado que lo que debería ser un drama termina llevando a que el espectador se ría de todas y cada una de las intervenciones del personaje, no sólo por la mala actuación, de alguna manera hay que llamarla, sino, y principalmente, por los diálogos, siendo esto todo "merito" de los guionistas y el director.

Poco pueden hacer con sus personajes actores consagrados como Arnaldo André en el rol del comisario, jefe de Román, corrupto por definición, Carlos Portaluppi como el regente del templo evangélico, tan corrupto como el comisario, y Horacio Roca como su mejor amigo.

Nada es rescatable en esta producción, el sonido despegado de la imagen, en tanto las conversaciones entre los personajes en todas y cada una de las escenas dan la sensación de haber sido grabados en estudio y no de manera directa en las locaciones, tampoco ayuda demasiado la dirección de arte, si el verosímil se destruye desde un principio, créame que el arte en la película no lo restituye. Solo la dirección de fotografía se acerca a lo correcto.

Todo se centra en un sin fin de acciones repetidas por el personaje que no despliegan en nada mientras la trama se va desarrollando de manera tan obvia como pueril en el que la previsibilidad se hace presente a cada instante. Una producción policial donde las acciones de ese tenor casi no aparecen, todo establecido por los diálogos, sólo al final hay un poco de eso que daría lugar a encuadrarlo dentro del genero. Pero ya es tarde.

No vaya creyendo que es un documental de Riquelme, ojala hubiese sido así, y declaro que no soy simpatizante de Boca.