Rojo

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Durante muchos años la complicidad civil relacionada al golpe del ’74 que dio pie al proceso más sangriento de Argentina se esbozaba en algunos comentarios, insinuaciones, y más tarde, en investigaciones asociadas a dichos, y no dichos.

Benjamín Naishtat pone en imágenes ese período, como nunca antes se lo ha hecho, desnudando la cotidianeidad y el silencio, la complicidad y la barbarie. Jugando con el policial, pero también con el melodrama y el film noir, “Rojo” es un ejercicio sublime de cine, de manifiesto político y de utilización del aparato cinematográfico en su totalidad. La película nacional de 2018, y también de la década.