Rojo

Crítica de Patricia Chaina - Motor económico

Rojo, un eclipse entre la decencia y la moral
Sobre la estructura de un policial, no muy formal, se despliega el drama social que retrata la complicidad de la sociedad civil que dio lugar al golpe del ‘76. Tensión, oscuridades y violencia, bajo un eclipse rojo visto desde un pequeño pueblo de provincia.

(Por Patricia Chaina (Especial para Motor Económico)) Una noche de 1975, un hombre joven (Diego Cremonesi), de pelo más bien largo y buenos bigotes, llega a un pequeño pueblo de provincia y en un restaurant, sin que medien motivos claros, comienza una discusión con un habitué del lugar (Darío Grandinetti) que espera a su esposa (Andrea Frigerio) para cenar. La marca del absurdo y la ruptura de los límites en situaciones atravesadas por un nivel extremo de violencia, se instalan en el relato a partir de esa escena donde la discusión pasa de la formalidad de un reclamo por una mesa libre en un restaurante, a la humillación, la furia expuesta en la sordidez de las palabras y los gestos que contienen el germen de un caudal atroz de violencia. Violencia que en principio es verbal. Pero la trama gira. Y crece.

El insólito desenlace de esta escena, paradojal por cierto; donde el abogado sensato y metódico que interpreta con rigor, Grandinetti, muestra el filo de la daga que puede blandir el hombre tranquilo de un pueblo pequeño; establece el corazón del relato diseñado por Benjamin Naishtat.

En ésta película, Naishtat decide contar a través de una trama policial -hay misterios, muertes y un detective chileno (Alfredo Castro) que investiga un caso- cómo se comporta una sociedad dispuesta a ocultar, ignorar y olvidar lo injusto, con tal de seguir siendo esa “gente común, que va a trabajar con alegría”, como dice el personaje que interpreta Susana Pampín.

Lo atroz se convierte en norma. La violencia reglamenta las conductas. Y bajo la luz roja de un eclipse, Naishtat ilumina un sector determinante en la composición social que dará lugar a la dictadura del 76’, el estrato civil, la trama de lo humano que sostuvo la moral ficticia que permitió el genocidio. Porque en ese “vivir tranquilos”, el director lee “un eufemismo para pedir sangre”, como declara.

Así, Rojo se convierte en un thriller psicológico, de características sombrías, con toques de comedia negra y un trasfondo realista donde se sublima lo histórico y se alumbra el presente. Ese es el juego al que apuesta el joven director, cuya familia, oriunda de Córdoba, vivió el exilio en los 70.

Rojo es su tercer largometraje, luego de El Movimiento (ganador del Premio a Mejor Película en el Festival de Mar Del Plata, en 2015) y de La historia del miedo, que en 2014 participo de la sección oficial de la Berlinale.

Y con los premios logrados en San Sebastián por este filme, Naishtat anticipa su ingreso a la historia del cine nacional: Mejor Actor para Grandinetti, Mejor Director para Naishtat y Mejor Fotografía para Pedro Sotero y su equipo, que venían de hacer grandes películas como “Aquarius”, bajo la dirección de Kleber Mendonça Filho.

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Ficha:

Título: Rojo /Origen: Argentina, Brasil, Francia, Holanda y Alemania/ Año: 2018/Director: Benjamín Naishtat /Fotografía: Pedro Sotero / Dirección de Arte: Julieta Dolinsky/ Elenco: Dario Grandinetti, Andrea Frigerio, Alfredo Castro, Diego Cremonesi, Laura Grandi