Rogue One: Una historia de Star Wars

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Rogue One: la mejor “Star Wars” en 35 años

La nueva película de Star Wars, que cuenta una historia paralela a los hechos del Episodio IV cuenta con la brillante dirección de Gareth Edwards y un elenco de estrellas insuperable

Si alguien se animaba a decir que el británico Gareth Edwards iba a ser el responsable del mejor film sobre el universo Star Wars realizado en los últimos 35 años, éste crítico le hubiera creido. Tomar un personaje como Godzilla, aggiornarlo, hacerlo interesante y hacer un film capaz de capturar la atención de un niño de segundo grado no es un mérito del que cualquiera pueda hacer gala. Pero él lo hizo.
Los directivos de Disney también se dieron cuenta y por eso Edwards fue elegido no para dirigir uno de los episodios en progreso sino para hacerse cargo de una historia que no despertaba mayor interés: cómo hicieron los rebeldes para robar los planes de la Estrella de la Muerte, la estación espacial que Luke Skywalker destruye en el ya legendario Episodio IV.
El plan de Disney, que adquirió la franquicia en 2012, es bien sencillo: amortizar los más de 5 mil millones de dólares que le pagó a George Lucas por su creación. Y hasta ahora van por buen camino ya que entre diciembre de 2015 y los primeros meses de 2016 embolsaron 2 mil millones con el Episodio VII de J.J. Abrams.
Claro que entre los dos años de espera entre los episodios, Disney preparó "tentempiés" fílmicos como esta Rogue One, que a su vez cuenta con un elenco de lujo: la nominada al Oscar por La Teoría del Todo Felicity Jones, el mexicano Diego Luna, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Donnie Yen y varios otros que no es aconsejable mencionar con el fin de dejar que el público se sorprenda.
La historia planteada en el film transcurre a lo largo de 15 años y muestra la búsqueda de Jyn Erso, la hija de un talentoso ingeniero llamado Galen, al que el Imperio obliga a trabajar en la ya mencionada estación espacial, capaz de destruir un planeta de un solo disparo.
Claro que Jyn no lleva una vida normal y vive huyendo de planeta en planeta hasta que un comando, conformado por el capitán Cassian Andor (Luna) y el androide K-2SO, la libera de una prisión imperial y le proponen rescatar a su padre a cambio de su ayuda. De ahí en más comienza una carrera contra reloj ya que la Estrella de la Muerte comienza a hacer estragos entre algunos planetas y por eso, este equipo disímil irá incorporando más y más personajes que se unen a esta cruzada con destino improbable.

¿Por qué es el mejor film de Star Wars en 35 años? Porque Gareth Edwards supo recrear a la perfección la atmósfera mística de los primeros relatos con personajes que destilan carisma y talento para el festival de lásers y explosiones que se desata ya en la primera media hora, y todo ellos casi sin recurrir a los personajes clásicos.
Pero no se acaba ahí la festividad (que los fanáticos, disfrazados ellos, alaban segundo a segundo a los gritos) sino que la magnífica puesta en escena y las trepidantes batallas –aéreas, terrestres y hasta marinas- son de una exquisitez que no se veía desde los limitados (en lo referente al desarrollo técnico) días de El Imperio Contraataca (The Empire Strikes Back, 1981) de Irvin Kershner, película que figura primera en el ranking de cualquier fan de esta interminable historia.
Sin embargo, y si con todo esto no basta para hacer que el fanático vaya al cine a velocidad sublimínica, cabe resaltar que abundan las inmensas e constantes referencias a los otros films, algunos que ya se vieron en los tráilers como la aparición de Darth Vader –todavía con la voz de James Earl Jones- y otras como la aparición de naves , vehículos y armamentos que hasta ahora permanecían inéditos en la gran pantalla y que sólo eran conocidos por novelas, cómics, series animadas y juegos de Rol.
Rogue One es una experiencia que se disfruta desde el minuto uno y se extiende durante 133 minutos de alegrías, tristezas, risas, llantos y todas las sensaciones que estas películas solían generar en un momento y, por una causa u otra, habían perdido hace rato.