Rocketman

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

La historia de Elton John parece cumplir el decálogo del manual de vida de la estrella de rock, con las clásicas dificultades familiares, esfuerzos por conseguir el éxito, los excesos con drogas y su eventual recuperación de las adicciones.
Debido a la familiaridad que presentan estas temáticas, luego de ver Rocketman queda la sensación que si el propio compositor no hubiera sido el productor ejecutivo de este proyecto tal vez la película nunca hubiera existido.
John es un pianista excepcional y tiene un repertorio con canciones magníficas, pero la realidad es que nunca fue uno de esos artistas que dejaron una huella irrepetible en la historia del rock y la música popular en general, como David Bowie, Bob Dylan o Michael Jackson.
No sé cuantos cineastas se morían de ganas por narrar la vida de este intérprete en el cine.
Frente al desafío que generaba desarrollar un relato con tantos lugares comunes, el director Dexter Fletcher logró encontrarle una vuelta interesante a esta producción que termina por ofrecer un espectáculo muy ameno.
Fletcher fue el responsable de concluir Rapsodia Bohemia tras el despido de Brian Singer y en este proyecto brinda una película muy superior dentro de la temática que trabaja.
Rocketman tiene la particularidad de combinar el esquema de biografía tradicional con el género musical, donde se nota una influencia notable del cine de Alan Parker y muy especialmente de Ken Russell (Tommy).
De Russell toma todos esos elementos kitsch que tenían los clásicos del cineasta inglés en los años ´70 y acá se pueden apreciar en las secuencias más excéntricas.
No es ninguna casualidad que en un momento de la historia se escuche el clásico de The Who, Pinball Wizard, el tema más famoso de Tommy.
Una película en la que el propio Elton John interpretó a un campeón de flippers.
En esta producción aparentemente todo está relacionado.
El guión corrió por cuenta Le Hall, el creador del musical Billy Elliot, que contó con canciones de John y en su versión para cines tuvo como protagonista a Jamie Bell, quien interpreta en este film al compositor Bernie Taupin.
La trama se concentra en los orígenes del músico hasta los comienzos de los años´80 y el lanzamiento del famoso video clip, Im Still Standing, que realizó Russell Mulcahy, el director de Highlander.
La elección de este período tiene sentido ya que la vida de Elton a partir de ese momento se volvió mucho más tranquila y dejó de comportarse como el rocker descontrolado por las drogas de los años ´70.
La película de Fletcher ahonda en la psicología del protagonista y no tiene miedo en explorar los momentos oscuros del músico de un modo más honesto.
Una de sus grandes virtudes reside en el tratamiento que tuvieron en la trama las canciones clásicas de John.
La película de Queen era un pastiche de grandes éxitos donde los temas famosos aparecían de un modo forzado. La escena del We Will Rock You, por ejemplo, si se quitaba del film no afectaba en absoluto el desarrollo de la historia.
Por el contrario, en Rockteman las canciones se incorporaron como un instrumento más de la narración que se relacionan con los sentimientos o situaciones que atraviesa el protagonista.
No siempre los temas se aferran a una rigurosidad cronológica pero funcionan perfectamente dentro de la dirección de Fletcher.
Un claro ejemplo es el uso de Saturday Night´s is All Right for Fighting que Elton no escribió cuando tenía 12 años y en esta película se la implementa muy bien, dentro de una secuencia musical que representa el coming of age del artista y su paso de la infancia a la juventud.
Un párrafo aparte merece la labor extraordinaria de Taron Egerton en el rol principal, quien presenta un trabajo de composición mucho más complejo que el de Rami Malek con Freddie Mercury.
Egerton tal vez no luce exactamente igual a Elton pero logra darle vida al personaje en una interpretación donde no sólo canta con su voz, sino que además se desenvuelve de un modo impecable en las secuencias musicales.
Su trabajo nos permite conocer al músico a través de los diferentes matices de su personalidad y es el corazón que hace funcionar esta película.
Rocketman deja muy en claro que Taron no es un paracaidista de la industria que tuvo un golpe de suerte, sino que es un actor talentoso que está destinado a cosas grandes en el cine.
Otra figura destacada del reparto es Jamie Bell, como el compositor Bernie Taupin, que en mi opinión brinda la subtrama más interesante de este film.
Toda la relación de hermandad con Elton está muy bien desarrollada y sobresale entre los temas más atractivos de esta producción.
Si hubiera que resaltar alguna debilidad de Rocketman es que por momentos se excede con el victimismo del artista.
A lo largo de la historia conocemos a numerosos personajes que fueron responsables de convertir su vida en una experiencia miserable pero la autocrítica del cantante por los errores cometidos es mínima. La culpa siempre está puesta en el rol que cumplieron las personas que lo rodeaban.
El tercer acto del film cuando se empiezan a cerrar los diversos conflictos se siente muy acelerado y algunos miembros del reparto como Bryce Dallas Howard, en el rol de la madre de Elton, y John Madden como el manager John Reid se ven algo sobreactuados.
Reid directamente es retratado como la versión gay de Pierre Nodoyuna y su papel en la trama parece algo exagerado.
De todos modos son minucias que no afectan en absoluto el buen espectáculo que ofrece Rocketman con esta biografía musical del compositor inglés.