RoboCop

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Entretiene, pero le gana el primer Robocop

No es que esta nueva "Robocop" sea una mala película. El problema es que no le llega a los talones al flm de 1987 que dirigió Paul Verhoeven.

Jose Padilha, el director de las dos "Tropas de elite", tuvo un muy buen elenco a su disposición, un enorme presupuesto y los mejores efectos especiales, pero cuestiones de base y de concepto impiden que esta nueva película borre el recuerdo del "Robocop" original.

Para empezar, la de Verhoeven fue una de las que marcó el gore de fines de los 80, ya que era una de las primeras películas de estudio que se permitían imágenes sangrientas de un nivel pocas veces visto, y sobre todo aplicadas a un estilo de futurismo sarcástico de unas características inéditas.

Nadie se quejará de que a este nuevo "Robocop" le falte acción, porque lo cierto es que las balaceras son impactantes. Sólo que es curioso que alguien filme una película con semejante cantidad e intensidad de tiroteos sin aportar casi ni una gota de sangre.

Por otro lado el guión se enfoca demasiado en la transformación del policía Alex Murphy (Joel Kinnaman) en el metalizado Robocop, al que ahora por cuestiones de marketing el empresario de la industria robótica de seguridad Michael Keaton le aporta un traje negro más fachero. Otro detalle que no mejora las cosas es la insistencia en que Robocop pueda mantener a su esposa y su hijo, que en el original le eran arrancados de cuajo enfatizando que prácticamente era un muerto en vida. Aquí todo pasa por la famila, y en realidad Robocop no es un personaje que uno podría considerar como muy familiero.

El humor negro ahora es mucho más leve, y la sátira corrosiva en realidad está casi exclusivamente a cargo de un personaje aislado del resto de la acción: el periodista encarnado por Samuel L. Jackson que tiene un programa de TV dedicado a hacer lobby a favor de la robótica de seguridad. El personaje es interesante, pero aparece demasiado a lo largo de todo el film interrumpiendo las escenas más intensas, y finalmente no interactuando con la trama principal.

El que casi se roba la película es el talentoso Gary Oldman como el científico que crea a Robocop a partir de los restos del policia Alex Murphy. Oldman es un gran actor y sabe darle la medida exacta a un personaje que en otras manos hubiera sido un mero émulo del Dr Frankenstein, y por suerte el director le da el lugar que merece en la película.

Por otro lado hay que reconocer que Padilha filma muy bien y logra imágenes impactantes a lo largo de toda la película. Y sobre todo, tiene un gran sentido del humor a la hora de musicalizar, con un formidable uso de canciones para cambiar totalmente los climas, por ejemplo, la inclusión de la canción del hombre de hojalata de "El mago de Oz" y, en especial, en uno de los momentos más logrados de este "Robocop", un tiroteo con fondo rockero de "Hocus Pocus", el mayor hit del grupo holandés progresivo.