Roa

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

¿Y si no fue él?

Hay hechos que marcan a las sociedades. Lamentablemente, muchos de esos acontecimientos tienen que ver con algún asesinato. En Colombia, el 9 de abril de 1948 murió Jorge Eliécer Gaitán, un dirigente liberal que aspiraba a gobernar el país. Lo que siguió a su muerte fue llamado el Bogotazo, un levantamiento que cambiaría de cuajo la situación sociopolítica del país sudamericano.

Roa se basa en el personaje del mismo nombre (Juan Roa Sierra) que fue quien apareció como el responsable del asesinato. El director Andrés Baiz (38 años) tomó la novela El crimen del siglo, de Miguel Torres, para construir un relato que comienza en 1948 y arranca tiempo atrás, para elucubrar o imaginar quién era Roa, cómo era su vida y cuáles habrían sido los resortes que lo impulsaron (o no) a asesinar al dirigente.

La cinematografía colombiana no tiene la pujanza que ha sabido tener la argentina, y Baiz acudió a la coproducción, que en cuanto a nombres propios le ha aportado a la realización el iluminador Guillermo Nieto. El habitual colaborador de Pablo Trapero, apoyándose a la vez en una dirección de arte muy precisa, logra que el ambiente se sienta bien real.

Como soporte a la historia es importante, aunque algunos vaivenes del guión hagan por momentos perder el interés y cueste resignificar algunas expresiones de Roa en su casa, o con otros personajes. Mauricio Puentes, el protagonista, sabe dimensionar los distintos estados de ánimo de su personaje. Lo acompaña una segura Catalina Sandino Moreno - María, llena eres de gracia-.

Patagonik es la “pata” argentina en el proyecto, que tiene a Arturo Goetz en el elenco y al compositor Iván Wyszogrod creando la música de un thriller que, a quienes no estén al tanto de las implicancias que tuvo el hecho real, puede dejarlos a mitad de camino.