Ritmo perfecto

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

La vida y el canto

Las chicas sólo quieren cantar, o mejor dicho The Bellas, esa fraternidad a capella que año tras año busca el preciado trofeo de la competencia interuniversitaria. Ritmo perfecto gira en torno a Beca (Anna Kendrick, Amor sin escalas, En la mira), quien comienza siendo interesante, se recluye en sus auriculares y ve todo con escepticismo en la Universidad Bardey. Pero la joven se amalgama a la superficialidad dejando de lado su pasión DJ y las largas noches en la radio.

Beca sólo es blanco de burlas por su aspecto solitario y retraído, en tiempos donde la fórmula del “ éxito looser ” impuesto por series de TV como Glee se la hizo fácil al director Jason Moore. Desde el vamos, dejemos en claro que esta película dista de ser un musical: es un filme con tintes románticos, un sutil descontrol, humor que no califica (los chistes sexistas e hirientes de los comentaristas del certamen musical, apestan) y que incluye algo de escatología, con vómitos incluidos.

La energía de las chicas no pasa por estudiar (casi ni se las ve con un libro en la mano) sino por cantar mejor. La voz de mando es la marcial Aubrey (Anna Camp, sí, la de Glee), a quien le calza bien el papel conservador y minado de estructuras. El equipo a vencer, los nerds The Treblemakers, con una exagerada caracterización de su líder con todos los tics de un pedante. En ese grupo es reclutado Jesse (Skylar Astin), quien protagonizó la olvidable 21 La gran fiesta. Y crean que aquí actúa mejor que en su otro filme caracterizando a un animal party .

Entre el elenco se destaca la australiana Rebel Wilson (Despedida de solteras, Damas en guerra) quien se autodenomina “Amy, la gorda” e impone en voz y actitud con un personaje frontal sin llegar a lo grotesco. Atención a la escotada y pasional Stacie (Alexis Knapp), quien parece que su papel es sólo tocarse los senos y hacer aullar a la platea masculina.

Ritmo perfecto es puro audio, escasas coreografías (sólo en la escena de la audición final) y voces desparejas. La banda de sonido del filme tapa a la película misma: Bruno Mars, Rihanna, Katy Perry, Chris Brown y hasta David Guetta -cuando Beca canta Titanium antes de bañarse, Chloe (Britanny Snow) la descubre desnuda e invita a sumarse a The Bellas-. Y por detrás asoma un enigmático muchachito, epa.

Una montaña de cliches baratos tapa a este buen intento por querer plasmar la pasión cantora de los chicos/as en una era donde las competencias de talentos musicales buscan otro nicho para las películas hollywoodenses.