Riesgo bajo cero

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

Liam Neeson regresa como héroe de acción. Una veta en su carrera a la que ya se había aproximado en Star wars: Episodio I (1999) o Batman inicia (2005), o incluso ya desde Darkman (1990), pero que empezó a explotar de manera recurrente desde Búsqueda implacable (2008), un film que fue lo suficientemente exitoso como para generar dos secuelas y establecer a quien saltó a la fama mundial por La lista de Schindler (1993) como el action hero maduro que puede competirle en su terreno a un Bruce Willis con películas como El pasajero (2018), Venganza (2019) o El protector (2021). Este giro pasó hace ya tiempo y por eso ya no nos sorprende ver a Neeson en un proyecto como Riesgo bajo cero, un thriller de acción y supervivencia frente a la naturaleza, algo que Neeson ya había hecho en Un día para sobrevivir (2011) con entorno similar.

La acción arranca con una explosión en una mina en una región aislada al norte de Canadá. Como consecuencia de la misma, un grupo de mineros queda atrapado, algunos de ellos heridos, y es cuestión de unas cuantas horas para que se queden sin oxígeno. El urgente rescate requiere maquinaria pesada que hay que traer por rutas inhóspitas y peligrosas. Para transportar ese equipamiento es contratado Mike McCann (Liam Neeson), un camionero honesto pero de pocas pulgas, que acaba de ser despedido por defender a las piñas a su hermano Gurty (Marcus Thomas). Gurty es un tipo retraído que a primera vista parece estar dentro del espectro autista pero en realidad es un veterano de guerra con Trastorno de Estrés Post Traumático y además de co-piloto es un prodigio de la mecánica (sí, parece un cliché y lo es). Ambos hermanos junto a un reducido equipo que viaja en tres camiones salen a las rutas que son básicamente caminos de hielo trazados sobre la superficie congelada de varios lagos. El problema es que está llegando la primavera y el hielo ya no es tan estable, los vehículos son pesados y un movimiento en falso puede quebrar el hielo y tragarse a los camiones y su carga, incluida la humana.

En parte la propuesta remite a un clásico como El salario del miedo (1953), donde los sinuosos caminos tropicales y la posibilidad de volar por los aires gracias a una carga de nitroglicerina se reemplazan por frágiles caminos polares y la posibilidad de hundirse irremediablemente en aguas heladas. En ambos casos está presente la lucha contra la naturaleza como ante las propias debilidades. La premisa inicial parece interesante a pesar de un tosco planteo de personajes y los primeros obstáculos que plantea el terreno prometen nervio y tensión.

Sin embargo, este planteo inicial no parece ser suficiente para el realizador y guionista Jonathan Hensleigh, director y escritor de The Punisher (2004) y guionista de blockbusters como Duro de matar 3 (1995), Jumanji (1995), El santo (1997) o Armageddon (1998). Así es como introduce un giro que redirecciona el film hacia el campo de la acción más obvia. La necesidad de ocultar cierta información en torno a las causas del accidente hace que nuestros rescatistas no tengan solo al territorio hostil como antagonista sino a quienes van a intentar interrumpir su viaje por cualquier medio para que la carga se quede en el camino y si es posible también quienes la transportan.

Lejos de ganar complejidad con este añadido, el relato pierde interés y se banaliza. Lo que al principio pintaba como una road movie sobre terreno difícil, con la lucha contra una naturaleza imponente e impiadosa, se transforma en un thriller convencional. La naturaleza es apenas un fondo que cada tanto ofrece algún desafío, pero pierde cada vez más protagonismo en manos de unos perseguidores bastante pedestres, y así termina de desaparecer el poco vuelo que la premisa inicial prometía hundido entre las piñas, los tiros, las persecuciones y las explosiones digitales.

RIESGO BAJO CERO
The Ice Road. Estados Unidos. 2021
Dirección: Jonathan Hensleigh. Intérpretes: Liam Neeson, Laurence Fishburne, Amber Midthunder, Holt McCallany, Matt McCoy. Guión: Jonathan Hensleigh. Fotografía: Marcus James, Tom Stern. Música: Max Aruj. Edición: Douglas Crise. Diseño de Producción: Arvinder Greywal. Dirección de Arte: David Best. Duración: 109 minutos.