Riesgo bajo cero

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Un thriller helado con Liam Neeson

La película es un thriller de acción ¿el último? de Liam Neeson, donde la acción a toda velocidad es tan intensa como el frío polar.

Riesgo bajo cero (The Ice Road, 2021) se estrenó en Netflix Estados Unidos y en breve se podrá ver en Latinoamérica aunque aún sin fecha pautada. Neeson interpreta a Mike, un camionero a cargo de su hermano lisiado psicológicamente en la guerra de Irak. En bancarrota acepta una misión imposible: transportar por la temible ruta del hielo que da nombre al film, perforadores para rescatar a unos mineros atrapados al norte de Canadá.

La aventura en el frío polar, un frío que traspasa la pantalla como en otra de Liam Neeson llamada El líder (The Grey, 2011), es uno de los obstáculos de los personajes para llegar a destino. El otro, es la traición de uno de los integrantes del grupo, el villano de la historia, que hace aún más complicado el asunto. La película la escribe y dirige Jonathan Hensleigh, responsable de El castigador (The Punisher, 2004) y los libretos de las taquilleras El Santo (1997) y Armageddon (1998), entre otras.

La carrera contra el tiempo no da respiro en un film bien construido que está a la altura de las circunstancias. Por supuesto es fundamental el guion y sus giros que, gracias a la elaboración sólida de los personajes, hacen creíbles los vaivenes narrativos que, por momentos, rozan lo inverosímil, sobre todo en lo que respecta a las catástrofes naturales diseñadas por computadora.

Algún mensaje de no discriminación a los pueblos originarios, alguna crítica a las corporaciones y su afán por abaratar costos a costa de los trabajadores se desliza en la trama, junto a una reflexión sobre la condición humana que, cuando las papas queman, empieza el inevitable sálvese quién pueda (entre los mineros ante la falta de oxígeno o los camioneros al estar varados en el frío polar). Discursos puestos al pasar, sin subrayados innecesarios, y siempre al servicio de la historia de acción que se cuenta.

La película se presenta como la despedida de Liam Neeson de las películas de acción, algo muy prematuro para anunciar que parece más una campaña de marketing que otra cosa. Mientras tanto, el film funciona y hace pasar un grato momento con personajes de códigos inquebrantables chapados a la antigua entre los que, claro está, Neeson es el líder.