Riddick

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

En 2000, Vin Diesel empezó a adquirir status de ídolo interpretando a quien se convertiría en uno de sus grandes antihéroes: Richard B. Riddick, un forajido en un mundo del futuro, capaz de ver en la oscuridad y de sobrevivir en condiciones extremas gracias a su entrenamiento militar en un pasado remoto. Hablamos de la más temible combinación de fuerza, velocidad, astucia e inteligencia.

Pitch Black-Eclipse Mortal fue una obra de terror en la que un grupo de personas quedaba varado en un planeta habitado por monstruos que surgían de la oscuridad. Se impuso como un hit de culto gracias al carisma y la presencia de Diesel. De hecho, la secuela llevó el nombre del personaje y, a diferencia de la primera parte, La Batalla de Riddick iba por el lado de una ciencia ficción símil Duna, con un elenco impresionante que hasta incluía a Judy Dench. No fue genial, pero seguía siendo entretenida y contribuyó a expandir la mitología del personaje, que se trasladó al campo de los videojuegos...