Riddick

Crítica de Fernando Hansen - Toma 5

SIEMPRE IGUAL

“Riddick: Rule the Dark” o por su nombre en castellano “domina la oscuridad”, es la tercera película de la saga que no aporta nada nuevo a la historia ya conocida. ¿La fórmula? El antihéroe, que como un asesino fugitivo logra siempre sobrevivir ante los desafiantes peligros que enfrenta. Tanto sus enemigos y caza recompensas como los depredadores aliens nunca terminan de acabar con él aunque, al parecer, siempre simula estar muerto.
Más allá de ser una película de 119 minutos que no aburre, que puede ser disfrutada sin haber visto las dos anteriores y que en Estados Unidos tuvo un primer fin de semana posterior al estreno de rotundo éxito (recaudando cerca de 20 millones de dólares), el film del director David Twohy – único director de la saga – es más de lo que ya se ha visto en Pitch Black (2000) y en Las crónicas de Riddick (2004).
riddick-rule-the-dark
En este caso, el protagonista primero trata de sobrevivir a los aliens, que como en el primer largometraje aparecen en mayor cantidad cuando la claridad del día desaparece por uno u otro motivo y con los cuales está conviviendo en soledad después de haber sido traicionado y abandonado allí. Luego debe emitir un mensaje de emergencia, para que alguien baje al planeta en el que se encuentra y así tener una forma de escapar, encontrándose así con Johns – el padre de aquel con el que se enfrentara en la primera película de la saga – y una serie de caza recompensas con los cuales tiene que lidiar.
Una película de ciencia ficción más que está bien para pasar el rato, es entretenida visualmente por los efectos y la constante acción que implica pero que repite lo que ya se ha visto. Con Vin Diesel cuya actuación en el rol protagónico está bien llevada a cabo, sin ser destacada ni requerir de mucho esfuerzo, bien acompañada por el resto del elenco y dejando una misma pregunta: ¿Volverá Riddick otra vez?