Riddick

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Con una trama muy parecida a Pitch Black, aquella película de ciencia ficción de bajo presupuesto que dio origen a la saga en el 2000 y se convirtió en film de culto desplegándose desde videojuegos hasta un documental, Riddick nos trae nuevamente a Vin Diesel en el papel del Furyano, que en esta oportunidad es dado por muerto y abandonado en un devastado planeta donde parece ser el único habitante y en el que luchara por sobrevivir enfrentándose a extrañas criaturas y un grupo de cazadores de recompensas.

Esta nueva entrega nos conecta con la primera y devuelve a su protagonista de ojos plateados capaz de ver en la oscuridad su faceta más salvaje, el letal asesino experto en cuchillos y capaz de sobrevivir a cualquier situación.
Tras un comienzo sin diálogos, sin duda lo mas interesante del film, donde Riddick pugna por la supervivencia y se entrena para volver a ser sí mismo enfrentando a bestias y criaturas, comenzamos a recibir en forma de flashbacks la única información que nos remitirá a La batalla de Riddick.

Luego Diesel casi desaparece de la pantalla para dar lugar a los personajes secundarios, que de la mano del español Jordi Mollà en el rol de villano patético junto a otros tanto caricaturescos (incluida la poco femenina Katee Sackhoff), que dan curso a diálogos intrascendentes y acciones que preparan el terreno para la ultima media hora de acción con la masacre de los protagonistas.

Con un relato simple, personajes intrascendentes y sin historia que contar pero sustentándose en el carisma de Diesel y la atractiva estética ya característica de la saga, con escenarios y efectos especiales de película clase B que nos remite a al western pero mezclado con ciencia ficción y un poco de terror al estilo Alien, esta entrega de Riddik pareciera ser un capítulo de transición para una futura entrega.