Riddick

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Riddick es el tercer capítulo de la saga iniciada por Pitch Black (2000) y seguida por Las Crónicas de Riddick (2004). En sí, resulta algo decepcionante ver que - después de 9 años de espera - uno termina viendo un reciclado menos inspirado de Pitch Black. Aún así, aquí hay el 70% de una excelente película, la cual termina siendo degradada por una serie de excesos y pifias de diverso tipo. Y a pesar de todo ello sigo quedándome con Vin Diesel, ya que su letal asesino furiano es el mejor personaje que uno ha visto en los últimos tiempos.

Honestamente, no sé por qué a la gente no le gustó Las Crónicas de Riddick - en donde el personaje se veía envuelto en una fascinante opera espacial propia de un folletín -; el filme tenía sus fallas pero poseía una condenada originalidad, y mandaba al personaje por un carril completamente diferente. Acá han vuelto a ponerlo en un planeta desértico rodeado de bichos terribles, con el agravante que los escorpiones mutantes de ahora no impresionan tanto como las esqueléticas aves mutantes de Pitch Black.

Mientras que el enfrentamiento con los depredadores del lugar está apenas ok, lo que resulta formidable es ver a Riddick sobreviviendo y - especialmente - tendiéndole una trampa a sus perseguidores. Aquí el tipo arranca en mal estado, con una pierna rota, y sin agua ni comida en un planeta desértico; pero como el protagonista es más un depredador que un hombre, termina siendo letal aún con sus manos desnudas como única arma. Es Riddick convertido en la versión cool de Robinson Crusoe, lo cual tiene sus aciertos y sus pifias; mientras que los inventos y las ocurrencias del protagonista son geniales, los efectos especiales dejan que desear, en especial los bichos creados vía CGI. Hay un ridículo perro mutante, y están los escorpiones del barro, que son más aparatosos que espeluznantes.

En donde el filme despega es cuando Riddick se recupera y se da maña para hacerse de una vía para escapar del planeta. Encuentra un refugio de supervivencia, y hace llamar a todos los cazarrecompensas que andan por el cuadrante. Y cuando llegan dos naves, los intima para que dejen una y se escapen en la otra... a menos que quieran ver su sangre manchando la arena que tapiza el planeta. Toda esa parte es formidable - es Riddick en acción, matando a la gente con movimientos copados, y sobrepasando en inteligencia a sus oponentes -, aunque hay algunas exageraciones que resultan demasiado, incluso para el mismo Vin Diesel: como cuando liquida a un tipo, barajando en el aire un machete con su pie (!) y lanzándolo con tanta potencia que le rebana la cabeza por la mitad. Es un momento tan ridículo y prepotente que uno no puede dejar de reírse.

Más allá de la trama reciclada y de los CGIs mediocres, creo que el problema del filme pasa por la adoración por Riddick que tienen Vin Diesel y el director / guionista David Twohy. Riddick ya no es un individuo amoral e inquietante, sino que es un héroe oscuro que mata gente de la manera más cool posible. Sin dudas el personaje desborda carisma - y Diesel se siente como pez en el agua cuando lo encarna -, pero aquí los momentos de endiosarlo terminan resultando en escenas cuasi bochornosas. Sin dudas los grandes personajes del cine tienen sus momentos de lucimiento - como la clásica persecución del camión nazi en Los Cazadores del Arca Perdida, en donde Indiana Jones despachaba él solito a todo un pelotón de soldados alemanes -, pero se precisa cierto control y talento para no caer en la tontería. Aquí Twohy no logra esa flexibilidad de la credibildad sino que la rompe un par de veces, lo cual es gracioso pero no de la manera que debería ser - uno se ríe del protagonista, no con él -. Aún así, como la exageración no es una constante, Diesel y Twohy vuelven al redil después de unos segundos de disparate y logran encausar el filme... por lo menos hasta que se les ocurre despacharse con otro exceso.

Sin dudas Vin Diesel nació para el personaje; lo suyo es carisma puro, y su perfomance es un placer culpable. Sin embargo el resto del cast es harina de otro costal; Katee Sackhoff (Galáctica) tiene sus momentos de lucimiento, pero está en segundo plano; Dave Bautista es muy efectivo como lacónico secundario... pero la perfomance de Jordi Molla bordea lo terrible. Fanfarronea demasiado y es incapaz de dar la marca con lo que debería ser un cazarrecompensas curtido; lo mismo pasa con el mercenario jovencito que se la pasa rezando, que es más un adorno que otra cosa.

Aún con sus defectos - el final es más flojo que lo esperado - Riddick es muy disfrutable; cuando funciona, lo hace con una intensidad envidiable, y ver a Vin Diesel en acción en el papel que lo llevara a la fama es sin dudas una gozada; pero, por otra parte, es un filme mucho menos pulido de lo que debería haber sido, considerando que pasaron 9 años pergueñándolo. Está la puerta abierta para una cuarta parte, pero dudo que la veamos materializada ya que - por algún capricho del destino - las entregas de la saga no son todo lo taquilleras que debería... aún cuando cuentan con uno de los mejores personajes de la historia del cine.
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