Ricky

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Drama familiar cobra vuelo con un cuento de hadas

Si bien el film del polémico realizador Francois Ozon puede desconcertar al espectador desprevenido, también tiene sus méritos. Ricky mezcla temas sociales y familiares con un cuento de hadas.

La empleada de una fábrica de productos químicos (Alexandra Lamy) conoce a un español (el siempre convinvente Sergi López, de El laberinto de El Fauno) que trabaja en el mismo laboratorio. Pronto sentirán amor a primera vista y, a pesar, de que ella tiene una hija de siete años, el bebé no tardará en asomar al hogar. A través de elipsis, Ozon muestra cómo el cuidado del bebé se convierte en un problema para la pareja, que tiene complicados horarios laborales. Pero todo se revolucionará cuando el recién nacido presente moretones en su espalda.

Hasta acá lo que se puede contar de esta historia que fusiona diversas aristas: por un lado, es un contundente drama ambientado en monoblocks y salpicado con problemas de relación, celos, soledad y penurias. Y, por otro, Ricky incursiona en toques fantásticos que el espectador ni sospecha. El film está basado en un cuento de la novelista inglesa Rose Tremain, titulado Moth (Polilla).

Los efectos especiales (las escenas en el departamento y en el supermercado) están bien logrados y resueltos, y extrañan en este tipo de propuestas. Pero hay que estar preparado para recibir el cine del creador de 8 mujeres y La piscina, un director que siempre arriesga y juega con diversos géneros.

La actriz Alexandra Lamy compone a una mujer soltera que se posterga en pos del cuidado de su hija,y empieza a experimentar un sentimiento de desconfianza hacia su nuevo amor.

El margen para la duda está presente en el film, que logra emocionar y levantar vuelo con su cuento de hadas en plena ciudad, contraponiendo el drama intimista y la difusión que el "caso" toma en la prensa.