Retiro voluntario

Crítica de Javier Elorza - Cuatro Bastardos

Retiro Voluntario: No sabe, no conteste.
Imanol Arias y Dario Grandinetti protagonizan esta entretenida comedia dirigida por Lucas Figueroa en la que abunda el humor negro y el reparto es la mayor estrella.
Javier (Imanol Arias) es un español que trabaja en Buenos Aires a cargo del call-center de una empresa multinacional, y esta tan confiado de que va a recibir un ascenso que se lo anuncia a su atractiva y mucho más joven esposa. Tras enterarse que el codiciado ascenso todavía esta mas lejos de lo que esperaba, y tras dar indicaciones que no conocía a un hombre (Darío Grandinetti) por la calle, éste último hará todo lo posible para que Javier no pueda lograr su ansiado cometido.
La comedia tiene unos aspectos bastante burdos y exagerados, como si se tratase de una comedia hecha por extranjeros que necesitaban tachar items de una lista con estereotipos argentinos; se toman clases de tango o los personajes son molidos a palos por la policía en el playón de una cancha de fútbol, y si bien algunas de esas exageraciones son tan curiosas que resultan atractivas, como la recepcionista que de noche sale a correr picadas por avenida Gaona o el español que se quiere ir a las manos y empieza a putear como argentino, por momentos el histrionismo y la sobreactuación nos sacan un poco de la historia. El enfrentamiento entre Javier y su misterioso enemigo tiene raíces en la misma empresa que Javier trabaja, lo cual nos da vistazos de una investigación sobre los altos mandos del mundo empresarial que pintan interesantes pero finalmente quedan en eso, vistazos, y se rinden ante una búsqueda de resolución más simple y lineal. Algo similar pasa con nuestro protagonista, a quien vemos agotarse lentamente de las presiones y burocracia con las que tiene que lidiar en su trabajo, mientras que tiene que ocuparse de la vendetta de Grandinetti en su contra.
Las actuaciones del film varían y todas tienen sus momentos, hasta el ex-boxeador Jorge “Locomotora” Castro tiene un interesante cameo, pero los que mejor participación tienen son definitivamente Dario Grandinetti y el español Hugo Silva (Las brujas de Zugarramurdi). Grandinetti mantiene el balance perfecto entre la seriedad de su personaje y el tono exagerado que toma la historia durante el tercer acto, y hasta se da el gusto de actuar con su hijo Juan Grandinetti. Hugo Silva es Sam, un compañero de la empresa de Javier que representa todo lo que le falta a nuestro agotado protagonista. Sam es joven, fachero, se viste bien, baila bien y tiene mucha más habilidad para ir escabulléndose hacia la cima de la pirámide empresarial que Javier; es odioso, pero su carisma nos empuja a querer que también salga bien parado.
Retiro Voluntario no tiene tramas demasiado complejas ni está repleta de carcajadas de pe a pa, pero es entretenida y sirve para pasar un buen rato.