Respirar

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

Respirar, de Javier Palleiro
Por Ricardo Ottone

La primera escena de Respirar parece tomada de un film de terror. Julia (María Canale) se despierta en medio de la noche escuchando que de algún lado llega el sonido del llanto de un bebé. Recorre toda la casa en penumbras buscado el origen del sonido sin encontrarlo. No sabe (no sabemos) si viene de afuera, si es un sueño, una alucinación o, considerando lo que se viene más adelante, una premonición. A continuación la película sigue como un drama de intención realista, pero esta primera escena ya marcó al personaje y da cuenta de cómo viene el resto del relato, de cómo ella va a vivir lo que sigue.

Julia está sin trabajo y recién separada de su marido. Está en un pésimo momento personal y anímico y como frutilla del postre se le suma un resultado positivo al test de embarazo. Esta novedad viene a revolver su ya de por sí complicado estado de las cosas. Julia no sabe si decirle a su ex, si volver con él, si tener el bebé o abortarlo. Y además quiere volver al mercado del trabajo, cosa que no le resulta sencilla. Así va atravesando este periodo de transición turbulento, tratando de ver que hace con su vida y mantener con irregular suerte el control de los acontecimientos y, sobre todo, de sí misma.

Julia está navegando en un equilibrio muy inestable. Cualquier cosa puede hacerla reaccionar en exceso y la puesta en escena acompaña su condición subjetiva. Todo el film está contado en ese tono exasperado, ese estado alterado que es el de su protagonista. La cámara movediza acompaña el constante y a veces errático deambular de Julia y la actuación de Maria Canale, tensa, nerviosa, transmite esa sensación de hipervigilancia y sobre todo fragilidad.

Julia se muestra como un personaje complejo y el realizador, Javier Pelleiro en su primer largometraje, no pretende victimizarla. Si bien uno puede comprenderla y hasta empatizar con ella en su angustia e incertidumbre, también puede tomar cierta distancia y ver que, a veces, puede comportarse de manera arbitraria con quienes la rodean, tomar las decisiones equivocadas, arrepentirse sobre la marcha y engañar a los demás o a sí misma mientras trata como puede de rearmarse. En varios momentos se ven imágenes de Julia sumergida y el personaje retoma sus clases de buceo en función de conseguir un puesto de trabajo. El agua, o estar sumergida bajo el agua, como estar inmerso en un lugar donde cuesta respirar y pensar claramente pero también como un lugar de quietud, de refugio frente a una superficie, una realidad hostil e inmanejable.

Julia inicia los trámites para hacerse el aborto en un hospital. Esto ya marca una diferencia y da cuenta que estamos ante una realidad cercana pero diferente. El film es Uruguayo, transcurre en un país donde el aborto es legal y es posible poner fin al embarazo de forma segura. No por ello, el film elude el debate, pero la discusión que da es imposible en el estado actual de nuestro país donde todavía falta atravesar un trecho que en el país vecino ya tienen recorrido. Cae aquí justo en el momento en que el tema está en el candelero y se está discutiendo en otros términos, pero su visión y la de una realidad diferente donde ciertas cuestiones ya fueron superadas y la situación puede ser difícil a nivel personal pero no tanto a nivel institucional (la prohibición añadiría otro frente de conflicto) puede ser un aporte interesante. Igualmente si el tema del aborto está presente y sobrevuela todo el relato, no es el tema principal del film. Se trata más bien de la dificultad, pero a su vez de la necesidad, de hacer frente a la pérdida y el cambio y de seguir adelante. Algo que puede ser común a ambos lados del Río de la Plata y tan universal como la condición humana.

RESPIRAR
Respirar. Uruguay, Argentina. 2017.
Dirección: Javier Palleiro. Intérpretes: María Canale, César Bordón, Esteban Bigliardi, María Villar. Guión: Javier Palleiro, Guillermo Rocamora. Fotografía: Gerardo Gonzalez. Montaje: Juan Ignacio Fernández. Música: Santiago Bruno. Dirección de Arte: Mariana Pereira. Dirección de Sonido: Gaspar Scheuer. Producción: Javier Palleiro, Guillermo Rocamora, Juan Pablo Miller, Diego Robino, Santiago Lopez. Jefatura de Producción: Isabel García Arnabal, Candela Treffinger. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 72 minutos.